Capítulo 4 parte A

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Los días sábado y domingo Candy se la hubo pasado de vaga y muy tranquila por las calles de la ciudad.

Al arribo del lunes, las prisas le agarraron; y es que debajo de la puerta de su dormitorio, deslizaron una nota en la cual se le notificaba un cambio de horario para el entrenamiento.

La joven tuvo que correr, primero a verificar el dato, y luego adonde su asesor para que le ayudara a reacomodar sus clases.

Por supuesto, el profesor Martí se sorprendió del cambio bruscamente hecho, ya que el coach Williams, siempre llamaba a las chicas del equipo a tempranas horas del día, en cambio el asistente Legan no sólo lo había hecho sin previo aviso alguno, sino citándolas ahora de 1 a 3 de la tarde.

A esa hora, cuando el entrenador suplente les notificó personalmente su decisión, la rubia ya sacaba los balones de las grandes bolsas y mascullaba:

— ¡Está como loco!

Para la mala suerte de ella, Legan la hubo escuchado; y la joven pagó cara su osadía.

Aun así, ella lo confrontó diciéndole a él que a esas horas y con el alto clima de la ciudad lo único que ganaría era deshidratarlas; y a las jóvenes las alentó a que dijeran algo, sin embargo parecía que las chicas del equipo tenían miedo del entrenador. Dato que le corroborarían dos días después.

La rubia caminaba por el andador de la Universidad de Columbia y se topó con Patty.

Ella salía de la biblioteca; y para platicar un momento, las dos se sentaron en las escaleras y muy cercanas a la estatua Alma Matter.

Ahí, la morena le confió que en realidad no era a Neil a quien le temían, sino a Eliza, porque hasta parecía que él mismo le tenía miedo.

Hasta ese momento, Candy lo comprendió; y por una parte le vio el lado bueno de no estar entrenando.

Lo malo que al estar transcurriendo los días, la muchachita comenzó a compadecerse seriamente de algunas de sus compañeras al observar los grandes esfuerzos que hacían para cumplir con la práctica, sin dejar de mencionar que otras veces, eran las tormentas de lluvia a los que tenían que someterse.

Mi Querida CampeonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora