Capítulo 3 parte E

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Por la tarde de ese mismo sábado, después de acabado el duro "entrenamiento" para Candy, ésta se dedicó a ir en busca de su asesor académico que resultó ser una simpática persona, el profesor Edward Martí: un reconocido doctor en Filosofía y Letras con el que pasó un buen rato de asesoramiento.

Seguidamente, ella retomó su recorrido por las instalaciones del colegio; volvió a visitar el comedor, luego las galerías, la biblioteca, el laboratorio de cómputo, también ubicó el gimnasio, la sala de reuniones, el taller de danza, de teatro, de música, en fin, no dejó rincón sin ser visitado.

Para la noche, Candy se puso a acomodar los libros que el Dr. Martí le sugiriera comenzar a estudiar, ya que las dos semanas transcurridas, serían importantes al inicio de exámenes.

Acabada su actividad, con cierto enfado se tiró sobre la cama; miró hacia el techo y se dio ánimos.

— No debo frustrarme; además... nadie dijo que sería fácil. Así que, Candy, no claudiques.

Y como lo hacía siempre en momentos difíciles, comenzó a hacer ejercicios de inhalación y exhalación.

Pasados 10 minutos, tomó su sudadera que hacía juego con su vestuario y decidió ir a dar un paseo, al fin y al cabo... ¡estaba en Nueva York!

Mi Querida CampeonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora