Minutos más tarde, la joven caminaba sobre el largo pasillo en busca de la sala de abordaje.
A ésta distinguió a lo lejos.
Y mientras llegaba la hora de partir, Candy se detuvo a comprarse un café. Posteriormente, se metió en una tienda de revistas.
Ahí, la chica compró dulces y gomas de mascar: ¡su delirio! y sonrió por lo bajo al recordar que a su hermano le ponía nervioso su manera tan peculiar de mascar, costándole con ello mil regaños y repeticiones hasta el cansancio que esos no eran modos propios de comportamiento en una señorita.
A tal poco le importaba, pues el haber crecido, jugado y ser su hermano su único amigo, más que parecer chica, parecía "chico".
Y es que nunca en sus cercanos dieciocho años de vida se le había visto usar faldas, vestidos o actuar como una mujercita a su edad.
Candy se caracterizaba por su propio estilo; pero eso sí, haciendo que todo le combinara: camisetas con vaqueros holgados, pantaloncillos cortos o sus inseparables pantalones deportivos.
También tenía una colección enorme de tenis de todas marcas ¡ah! y otro sin fin de gorras; la mayoría autografiadas por beisbolistas, basquetbolistas y futbolistas.
Era una apasionada del deporte, gracias a que su hermano se lo había inculcado.
Desde pequeños, se salían a hurtadillas de la casa para ir a presenciar juegos de los Bulls, Cubs o Bears de Chicago.
Pero el soccer era la pasión de ella, y a pesar de que Chicago no tenía un equipo de casa todavía, seguía muy de cerca a la Selección Femenina de los Estados Unidos.
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Mi Querida Campeona
FanfictionUna joven soñadora deja su casa para emprender su propio camino, topándose en ese al amor. Uno lleno de comprensión y apoyo. Una amistad que terminara uniéndolos más. (2010)