Cinco minutos faltaban para que el partido terminara; y Eliza insistía en seguir buscando a la rubia.
Pero la pelirroja ya comenzaba a dar señales de cansancio y en una mala llegada, lastimó a una contraria en la espinilla consiguiendo que el árbitro la expulsase del juego y dando la oportunidad para las visitantes de poner la bola en juego en un tiro libre.
Anthony, desde la banca, estaba nervioso y se preguntaba lo mismo que sus jugadoras:
— ¿Quién lo tirará?
— Tú, Sandra — sugirió Candy.
— Está muy lejos. La bola perdería potencia.
— ¿Molly?
— No, Candy.
Al ver la confusión entre ellas y el rubio, Terry le sugirió que lo hiciera la rubia.
— Pero...
— Confía en ella.
— ¡Peggy! — se llamó a la chica con el número 15.
Ésta, después de recibir indicación, se acercó hasta la pecosa para informarle:
— Dice Anthony que lo hagas tú, Candy, porque ya no hay demasiado tiempo.
— Está bien. Entonces, le haremos así —; y secretamente se pusieron de acuerdo.
En eso, el árbitro se acercó para preguntarles si estaban listas porque no había más minutos.
Las chicas se acomodaron pidiendo, la portera rival a sus compañeras, una barrera de cuatro.
El balón yacía parado a unos cuantos metros de distancia entre la pared humana contraria y el equipo de Candy, indicando que la rubia tocaría el balón para entregárselo a Sandra y ella anotar.
El silbato del árbitro se escuchó.
Sandra inició la carrera para tocar el esférico, acción que no hizo, sino que se pasó derecho, siendo Molly que con el talón lo echó hacia atrás para entregar el pase a Candy.
Ella ya había tomado impulso; y recibiría el balón con el empeine izquierdo.
Candy lo golpeó tan fuerte que el proyectil pasó tan rápido, dejando a los presentes boquiabiertos mientras que las chicas de la barrera, sinceramente se abrieron al ver la potencia que traía la bola y la portera sólo pudo mover la cabeza porque la verdad fue imposible de reaccionar.
En segundos, el estadio estalló en gritos.
Emocionada, Candy corrió hacia la banca para celebrar el triunfo, siendo Anthony quien saliera a su encuentro y abrazarse.
En cambio, la rubia se deshizo de su amarre para seguir en su carrera hacia Terry.
Él se había quedado de pie y movía la cabeza de un lado a otro sonriendo orgullosamente por aquella chica que al verla venir en su dirección, extendió los brazos para recibirla.
Candy brincó y quedó a horcajadas en él aferrándose a su cuello y diciéndole entre una mezcla de felicidad y llanto:
— ¡Lo hice, lo hice!
— Lo sé, mi niña Campeona — dijo él; y la abrazó fuertemente y depositándole un beso en la mejilla.
Mas, al ver que el resto del equipo venía como en estampida hacia ellos para festejarla, Terry la protegió como pudo.
Al darse cuenta, ya estaban en el pasto y una gran pila de humanos cayéndoles encima.
Anthony iría quitando a sus jugadoras una a una para ayudar a los que habían quedado abajo.
Cuando estuvieron libres, la rubia se sobaba por todos lados y ayudaba al profesor que ya se sacudía el pantalón.
Por momentos, la pareja se miró fijamente; y Candy, sin pensarlo, se volvió a arrojar entre sus brazos para darle las gracias por todo.
— No, gracias a ti, chiquilla, por el gran espectáculo que has dado ¿y sabes una cosa? Me siento muy orgulloso de ti — hubo dicho Terry sintiendo deseos de no sólo abrazarla, sino besarla; pero sabía que no era el momento correcto.
Patty y Annie también corrieron para abrazarla, brincar y girar de felicidad mientras que Neil se sentía por demás avergonzado y Eliza se ponía verde del coraje y aventaba a sus compañeras que se le acercaban con intenciones de calmarla.
Entre festejos, cantos y porras el estadio fue quedándose vacío poco a poco.
Ya en la noche para celebrar el triunfo de "Las Cometas", se fueron a reunir en la casa de Sandra: chica de buena posición, pero por más rebelde.
El equipo completo y demás amigos asistieron para festejar sinceramente a Candy, siendo el único que faltara en el evento y ser completo para la rubia... el profesor Grandchester.
¡Gracias, querida audiencia, por su atención!
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Mi Querida Campeona
FanfictionUna joven soñadora deja su casa para emprender su propio camino, topándose en ese al amor. Uno lleno de comprensión y apoyo. Una amistad que terminara uniéndolos más. (2010)