Capítulo 11 parte B

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Flash Back

No siendo su costumbre el ir a embrutecerse de alcohol, Terry, en ese momento que se sentía peor que nunca, lo deseó verdaderamente, llamándose una y otra vez...

¡Estúpido iluso!

... en lo que manejaba de regreso a la gran manzana después de haber dejado a Candy en el hotel donde se hospedaba, y allá despedirse definitivamente de ella lamentándose lo tarde que la felicidad había llegado a sus vidas cuando la joven le confesó:

"Yo también te amo... Nunca dejé de hacerlo, pero desafortunadamente el destino se vuelve a interponer entre nosotros"

¿Por qué dices eso?

Candy tragó saliva y se giró para darle la espalda llevándose una mano al cuello debido al nudo que se le hacía en la garganta y que comenzaba a molestar.

¿Candy?

Terry la llamó poniendo su mano en un hombro desnudo, donde ella posó la suya y recostó su cabeza sobre ambas, dándole así al hombre: la oportunidad de besarle el cuello, pero esa caricia le provocó escalofríos que la hizo enderezarse.

Posteriormente, ella sintió cómo esos fuertes brazos le rodeaban la cintura y la giraban lentamente para quedar de frente, no pudiendo la joven soportar su profunda mirada.

Ante ello, ella se abrazó fuertemente de la cintura masculina para llorar sobre el ancho pecho, logrando con eso que Terry se preocupara; y contra su voluntad, la separó, le tomó de la barbilla y le levantó el rostro para saber:

Candy, dime por favor qué pasa, preciosa, porque te aseguro que me estás poniendo en verdad muy nervioso.

Ella se deshizo de su abrazo y se limpió las lágrimas.

Tardó un poco para explicarle; y lo que le dijo, al castaño le seguía martillando en la cabeza:

Mi contrato con el Club en Brasil ha terminado.

Bien — contestó él, sin dejar su gesto de preocupación.

Pero... —, Candy se limpió la garganta, — he firmado uno nuevo... por cuatro años... sólo me han autorizado estos meses de permiso por lo del Mundial, tú sabes.

Qué bien — respondió él medio convencido.

En cambio, ella lo miró con pena; y negando con la cabeza lo enteró.

En cuanto el evento termine, debo marchar inmediatamente a... Umea, Suecia.

Con la bomba, Terry la soltó y se hizo hacia atrás llevándose una mano a la cintura mientras que la otra, la pasaba sobre sus cabellos castaños y la dejaba en la nuca.

Lo siento, y te juro que ésta vez no miento.

El productor no supo qué decir en el momento al saber a la perfección lo que un contrato significaba; y decirle "Rómpelo y quédate conmigo" eso sería más egoísta de su parte.

Entonces, pensó que tal vez si él, pero también recordó que Robert Hathaway le había informado que en Hollywood estaban interesados en uno de sus proyectos para llevarlo a la pantalla grande.

¡Demonios! — hubo gritado interiormente ya que el destino de verdad se estaba burlando de ellos y por ello, Terry comenzó a reír, pues parecía que no había una resolución.

Después de que hubo calmado un poco su histeria, la atrajo hacia él para abrazarla fuertemente, sin parar de decirle, que donde quiera que estuviera, él la seguiría amando con todo su ser.

Luego, intentó besarla, pero cambió de parecer porque sabía que sería muy doloroso recordarla; así que, haciéndose de valor, la separó y le dijo:

Es mejor que nos vayamos.

. . .

Las luces de la ciudad estaban cada vez más cerca; y como imán, el castaño manejó hasta "Joe Club American", el canta-bar de Stear quien se alegró de verlo por allá.

Cuando el recién llegado le pidió la primera botella de whisky, el simpático rockero se extrañó, ya que Terry raras veces tomaba una copa de ese licor.

Sin embargo, sacó un vaso y le sirvió un moderado trago, arrebatándole el castaño la botella para empinársela.

Stear, por supuesto y de inmediato, se la quitó y le dijo que se la llevara calmada porque podía hacerle daño.

El actor ni atención le prestó y se la volvió a quitar teniendo con una el pobre infeliz para quedar como "cucaracha fumigada", viéndose obligado el hombre de lentes a llevarlo a su apartamento.

Días después, el dueño del bar supo lo que le pasaba a su amigo ya que Candy les había visitado para despedirse de ellos.

Lo peor fue que a partir de esa noche a Terry se le veía más seguido por el bar y después entre los dos hermanos se turnaban para ayudarle y cuidar de su imagen; claro que el que siempre se quejaba era Archie, pero al final terminaba acompañándolo; llevando así más de un mes donde Robert Hathaway lo visitaba y le daba sus jalones de orejas ignorándole el castaño y alegándole que en el trabajo siempre cumplía y que ya estaba bastante grandecito para hacer lo que quisiere en su tiempo libre y con su vida.

Fin de Flash Back

Mi Querida CampeonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora