Capítulo 7 parte D

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Los invitados comenzaron a llegar; y después de saludar a la festejada, —que por más lucía bella en ese vestido borgoña con escote estraple compuesto de un moño ceñido al talle y falda con caído en sesgo—, algunos iban a saludar a la "novedad del momento": Candy.

Como lo predijera Annie, Anthony estaba tan embelesado con la belleza de su novia, que hasta se le olvidó la molestia del incidente pasado, notándoseles a la pareja muchas veces ¡muy! Juntos; y era cuando Anthony se acercaba peligrosamente al oído de la rubia para decirle cosas que por demás provocaba el nerviosismo de ella.

Sin embargo, eso no era lo único que la hacía sentirse incómoda, sino nuevamente lo era la presencia del maestro, haciendo que el corazón de Candy brincara muchas veces de la emoción cuando veía llegar a los invitados; y que alentada por los comentarios de Annie, presentía que lo haría con la llegada de los hermanos Cornwall, más su interior se llenó de tristeza cuando éstos hicieron su arribo y él no llegó con ellos.

Para tratar de pasársela bien, y en lo que el grupo de Stear se preparaba para la velada, la música del DJ ambientaba; y con esa, Candy aceptó la invitación de Anthony para ir a bailar un rato.

Una hora más tarde, se les informaba a los invitados que podían pasar todos al jardín donde se había instalado una gran carpa para protegerse del frío y en donde en su interior había un extenso y delicioso buffet con todo tipo de comidas, frutas y postres; arreglándose mesas para los jóvenes que desearon quedarse ahí, ya que muchos prefirieron salir adonde la música.

Candy, acompañada de Anthony, se dispusieron a recorrer la propiedad con bellas jardineras.

Luego, caminaron por la orilla de la alberca costosamente equipada donde algunos chicos se divertían chapoteando en el agua.

Cruzando la pista de baile, la pareja se acercó hasta donde Patty, Annie y Archie, en lo que Stear se anunciaba, aprovechando la oportunidad la rubia de presentar a Anthony con Archie: su profesor de Danza.

En eso, el grupo comenzó a tocar; y los jóvenes se arremolinaron en la pista para disfrutar de la excelente música de aquella banda.

Pasados muchos minutos, y después de pedir un receso, Stear se acercó hasta sus amigos que estaban reunidos a un lado de la piscina.

— Así que tú eres la famosa Candy.

— No, no creo que sea para tanto — contestó ella que se sonrojaba ante el cumplido de Stear que le decía:

— A lo que he escuchado, me parece que sí. Todos están inconformes con la participación de Eliza y aplauden tu actuación acompañada de la buena intervención del árbitro al concederles ese penal como ley de la ventaja.

— Por cierto, ¿invitaste a Legan, Patty? — preguntó Annie que se le veía muy contenta a lado de Archie.

— Aunque no. Esa siempre es el ajonjolí de todos los moles — contestó Stear abrazando a su novia y provocando las risas de los chicos.

— Pues menciónala y aparecerá — completó Archie haciendo que todos voltearan hacia la puerta de entrada.

Ahí, se veía llegar a Eliza tomada del brazo de uno de los chicos más famosos del equipo de Baseball.

Pero el corazón de Candy brincó de gusto cuando detrás de ellos otra pareja hacía su aparición: Terry acompañado de la exuberante Susana; y vistiendo todos ellos impecablemente.

El tiriteo que Candy sentía cada vez que veía a Grandchester reapareció; y esa noche parecía imposible de controlarlo.

Sus manos comenzaron a sudar frío al ver que las dos parejas se acercaban para felicitar a Patty.

Para su buena suerte, su novio la invitó nuevamente a bailar; y ella aceptó encantada alejándose de ahí, seguidos por varias miradas.

Mi Querida CampeonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora