Para esa misma noche en Chicago, en el patio de la casa improvisada del actor, la pareja estaba acostada sobre una cama hamaca de madera, cómodamente abrazados y mirando las estrellas en el firmamento.
— Este fin de semana debo regresar a Nueva York — informó Terry acariciando la mejilla de su joven amante que respondía:
— ¿Tan pronto? —, ella buscó su rostro.
— Sí — Terry afirmó besando su suave frente. — Debo iniciar presentaciones en el teatro exactamente el primer día de noviembre, para que a partir de diciembre lo dedique completamente a ti —, fue turno de la mejilla en ser besada. — Ahora que...
— ¿Qué? — ella urgió saber.
— Si tú quieres podemos partir juntos —, él se escuchó seductor además de que se removió para quedar encima de ella y decirle: — y así te tengo todos los días a mi lado y mi madre estaría al tanto de ti mientras yo estoy ausente.
— Sí, lo sé —; Candy disfrutó de besos-caricias que le daban a su cuello, más la joven evitando un gemido de placer, le diría: — pero no lo creo posible.
— ¿Por qué? — Terry enderezó medio torso; y en lo que acariciaban el castaño cabello...
— Porque el cumpleaños de Tom es la primera semana del mes y le prometí celebrarlo con él.
— Lo entiendo, pero...
Frustrado, el castaño se hizo de lado poniendo su cabeza sobre el pecho de ella y le acarició el vientre.
— No me gustaría que viajaras sola en tu estado.
— No me pasará nada. Además... —, Candy puso su mano sobre la de él; — nadie sabrá que estoy embarazada.
— No sé — dijo él además de recordar: — por cierto, ¿qué ha dicho la doctora? ¿puedes viajar?
— Sí. Sólo me ha pedido que antes de marchar vaya por una última revisión y me extienda la autorización, aunque dice que todo queda bajo nuestra responsabilidad; y que normalmente las aerolíneas lo piden para las mujeres que tienen más meses.
Sin embargo, Terry no se veía muy convencido, a lo que le confirmaron:
— No iré sola, no te preocupes, Martha vendrá conmigo.
— Bueno, creo que deberé conformarme con eso; pero...
Jugando con sus dedos, éstos emprendieron camino hacia cierto lugar:
— ... como serán muchos días los que no te veré...
Candy preguntaba "inocentemente": — ¿Qué harás? — al sentir como aquellos osados dedos hacían círculos en un punto determinado.
— Aprovechar contigo los minutos que me quedan.
Él se había inclinado para dejar un beso en la parte que acariciaban, logrando que ella volviera a cuestionar:
— ¿Haciendo?
— ¿Qué te gusta más: te cuento mi idea o la llevamos a cabo?
... provocando con la seductora mirada que le dedicaron a la joven madre que respondiera ésta ya excitada:
— ¿Lo segundo?
— ¡Excelente elección!
Con la respuesta dada, Terry rápidamente se puso de pie, la tomó entre sus brazos y la metió a la casa, donde se buscó la recámara y a ella le hicieron el amor calmadamente.
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Mi Querida Campeona
FanfictionUna joven soñadora deja su casa para emprender su propio camino, topándose en ese al amor. Uno lleno de comprensión y apoyo. Una amistad que terminara uniéndolos más. (2010)