A pesar de la ausencia de Terry, Candy, en la fiesta, se le había visto reír abiertamente ante lo destrampadas que eran aquellas adolescentes que con cervezas, cocteles y champagne, brindaban una y otra vez por su goleadora.
Ella, al no querer probar una sola gota de licor, tuvo que ser bañada primero de éste y luego cargada para ser arrojada, sin misericordia, a la alberca, siendo esa la excusa para que todas sus amigas le hicieran compañía y juguetearan divertidamente en el agua por demás fría.
Como se estaban congelando, salieron del estaque para organizar una fogata donde sentados alrededor, la anfitriona les convidó bombones, y los gozaron ¡quemados!
Posteriormente, se pusieron a cantar a coro mil de párrafos, porque en sí, una canción nunca salió completa.
Pero el tiempo para uno se había terminado, así que pidiendo permiso, Anthony se puso de pie para caminar hasta donde estaba Candy enredada en una manta.
Allí, él le estiró la mano para ayudarla a ponerse de pie y llevársela, siendo seguida la pareja, de bromas de los presentes que continuaron con su relajo.
Pasados unos minutos, la rubia regresó; y al hacerlo, le preguntaron por su novio.
Ella simplemente se encogió de hombros y volvió a unirse a los desafinados cánticos, pasándosela así gran parte de la noche y quedándose Candy en casa de su amiga.
El domingo en la mañana, la rubia regresó al colegio para recuperarse un poco de la desvelada; y es que para ese preciso día, ahora Patty celebraría su fiesta de cumpleaños y había citado a todos sus invitados a las 7 de la noche.
Casi arrastrando los pies, Candy llegó a su cuarto.
Con el pie hubo aventado la puerta para cerrarla, ya que le urgía tumbarse a la cama más cercana, de la cual se enredaría con sus sábanas y muy dispuesta a dormir.
De pronto, la rubia recordaría que se había citado con Annie para que la llevara de compras a Macy's según recordaba le había dicho la morena de ojos azules.
Por ende, de mala gana la rubia se levantó para meterse al baño y asearse.
Justamente alrededor de las 12 del mediodía, Candy ya estaba lista y aguardando por el claxon del carro que afuera se escuchaba.
La joven se asomó por la ventana; y al verificar que se trataba de su amiga:
— En un minuto estoy contigo — pidió; y la rubia sólo alcanzó a tomar su mochila y abandonó la habitación.
Al salir a la calle, Candy la cruzó para ir a abordar el auto de la morena: un Jetta del año.
Estando en el interior, se saludaron con un beso en la mejilla.
— ¿Cómo estás? — preguntó Annie con preocupación y divisando en el rostro vecino todavía lo inflamado.
La rubia, tocándose la nariz, comentaba:
— Me feo fatal ¿verdad?
— No, no tanto. Para la noche se te habrá bajado la hinchazón; el que si se ve un poco mal, es tu labio. ¿Todavía te duele?
— Sólo cuando me río — dijo aquella graciosamente.
— Siendo así, trataré de no hacerlo —, se contestó poniéndose las manos en el volante.
Después, Annie sonaría por demás divertida al cuestionar:
— ¿Lista para el "Shopping"?
— Creo que sí — hubo sido la contestación no muy convencida del todo de la rubia.
Aun así la morena decía:
— Entonces en marcha —; y emprendieron camino hacia su destino.
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Mi Querida Campeona
FanfictionUna joven soñadora deja su casa para emprender su propio camino, topándose en ese al amor. Uno lleno de comprensión y apoyo. Una amistad que terminara uniéndolos más. (2010)