Una hora más tarde, al llegarse al nuevo domicilio de los Stevenson, —una residencia preciosa ganada por los esfuerzos de ella y ahora de su hermano como Entrenador de los Osos de Chicago—, Martha al ver a Terry, se le escapó un: "¡OMG!" exagerado y se disculpó de inmediato por los ojos furiosos que Tom le echara debido a su faltosa expresión.
No obstante, la mujer, cuando tuvo oportunidad de estar a solas con su hermanita, no se cansó de decirle de lo guapo que era su novio; pero también le aconsejaba, como primera llamada de advertencia, que no perdiera tiempo y hablara con él.
Candy lo haría, sí, después de acompañar a la señora Baker a su habitación, la que se ofrecía con humildad:
— Me imagino que es nada comparada con lo que usted está acostumbrada, pero...
— No digas eso, hija. ¡Está hermosa! —, se admiró la recámara; — pero más porque sé que nos la ofreces de corazón — se habló con referencia a la hospitalidad, más tomando la mano de la joven, a ésta le confiaba: — ¿Sabes, Candy? Mi hijo está de lo más feliz contigo. Nunca lo había visto así ¡Parece un chiquillo!
Ambas sonrieron; y con severidad, se quiso saber:
— Sólo espero que tú le correspondas igual.
— Por supuesto que sí — contestó Candy.
Entonces, Eleanor no perdió oportunidad para pedir:
— A mí me encantaría que encargaran hijos pronto.
El rostro de la futura nuera fue tomado, siendo con esa la segunda ocasión que le tenían que recordar que debía hablar precisamente de eso con su hijo.
— Sí, claro —, Candy tembló por dentro; y con urgencia diría: — bueno, la dejo para que descanse un rato.
Un "gracias" le contestaron y desapareció.
Y mientras la joven cerraba la puerta de aquella habitación, en la sala, su hermano hablaba con Terry de una y mil cosas.
Cuando Candy apareció y vio lo que vio, la dejó en una helada pieza.
— ¿A poco no se ve bien Terry con un bebé en brazos, hermanita? — sonó el malintencionado de Tom.
Lógicamente, éste recibió como respuesta una mirada asesina, que por supuesto, Terry, al percibir ese gesto en su amada, devolvió pronto el bebé a Martha, la madre, la cual le pidió a su marido dejar solos a la pareja aquella.
En cuanto hubo nadie a su alrededor...
— ¿Qué pasa? — preguntó el castaño y se sentó seguido de Candy quien le había invitado y se acurrucaba en su pecho.
— Nada. Sólo que te extrañé mucho.
— No te creo.
Candy lo miró extrañada y conforme él hablaba, ella seguía los movimientos de sus labios.
— Sí, porque a pesar de todo este largo tiempo de no estar juntos, te conozco muy bien y desde que llegué, te he sentido un poco... distante. ¿Quieres contarme?
— Sí, pero... ¿podemos salir a caminar?
Como contestación, Terry se puso de pie y le ofreció la mano que se aceptó.
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Mi Querida Campeona
FanfictionUna joven soñadora deja su casa para emprender su propio camino, topándose en ese al amor. Uno lleno de comprensión y apoyo. Una amistad que terminara uniéndolos más. (2010)