Capítulo 10 parte A

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Con el inicio del año 1996, Candy se enfocó total y exclusivamente en prepararse educativa y deportivamente. Incluso, lo combinó al concentrarse en la salud de su hermano que conforme los días transcurrían, la fecha para ser intervenido se acercaba más.

Por otra parte, Terry, —quien al querer estar alejado de Susana y su "boda de ensueño"—, vivía su propio infierno, pasando el mayor tiempo posible en el colegio, tiempo mismo que empleaba pensando únicamente en Candy, y por lo mismo, notándosele distraído en clase y mirando larga y fijamente aquella butaca que su "ex alumna" solía ocupar.

Otras veces, él simplemente permanecía encerrado en su oficina para recordar la infinidad de pláticas que compartieron cuando ella lo iba a visitar.

Cuando la nostalgia lo embargaba por completo, Terry se salía a caminar por el parque; aunque allá, éste también ponía su granito de arena martirizándole al traer a su memoria aquellas caminatas matutinas.

No obstante, la vida debía continuar; y esta pareja, cumplir con los objetivos trazados, siendo lo primero en llevarse a cabo, la tan sonada boda de Terry; luego la exitosa intervención de Tom y por último Candy.

Ella, —gracias a su enorme esfuerzo—, comenzó a ser partícipe en los partidos del club que, aunque al principio eran pocos minutos, le bastaban para que ella pusiera en práctica lo aprendido y siendo lo suficiente para dejar impresionados a los canales deportivos de aquel país que la empezaron a reconocer debido a sus increíbles tácticas de juego desarrolladas en el campo.

Y mientras la rubia, subía cada día como la espuma, en USA, sus conocidos hablaban poco de ella, y si lo llegaban a hacer, era únicamente para llenarse de melancolía.

Y es que no podían olvidar que la ingrata amiga se había ido del país sin siquiera despedirse de ellos quienes también crecían personal, laboral y profesionalmente.

De esta manera, los meses avanzaron; y también se llegó el tiempo de Susana para dar a luz, aunque no en las condiciones normales, ya que uno de sus productos venía en una posición sentada y debían operarla de inmediato.

Pero también durante la cirugía se suscitó un segundo problema: un pre infarto, que a pesar de que se luchó arduamente por la vida de la rubia, ésta perdió fuerza y su corazón no resistió, dejando en orfandad a dos bellos niños: criaturas lindas de cabellos ondulados y "extraños" ojos en color negro y marrón.

Ante eso, el castaño, sin titubear, solicitó urgentemente un estudio de ADN; y éste le confirmó lo que él dudada desde el principio... ¡no eran sus hijos!

Empero, su sorpresa fue mayúscula, al enterarse que sí lo eran nada menos que de Roger, el cual los reconoció de inmediato gracias a la paliza que Terry le acomodara, aprovechándolo el castaño para romper toda relación con su padre y hacer una vida completamente independiente, siendo lo primero en venírsele a la mente... ¡Ir por Candy!... pero se detuvo, primero porque debía poner en orden su vida antes de ofrecer a alguien más... estabilidad.

So, su primer paso fue dejar las clases en la universidad; consiguientemente se asoció con un director artístico, y juntos se adueñaron de un teatro, no arriesgando mucho en sus primeros trabajos producidos, debido a tanta competencia en el Distrito; sin embargo, obras que llegaban a presentar, eran llenos totales.

Robert Hathaway, su socio, para obtener más ganancias, lo instaba a que actuara, sugiriéndole que aprovechara todos sus encantos, ya que era un tipo guapo, alto, con un cuerpo atlético que más de uno le envidiada, sin mencionarle ese extraño y triste color azul profundo en sus ojos que le daban el toque y lo hacían lucir enigmático y seductor.

Terry, por su parte, siempre se negaba ante la idea, escudándose que lo suyo era producir, crear y que muy difícilmente lo convencería de hacer otra cosa.

¡Gracias a quienes (saben ustedes y yo) siguen al pendiente de esta nueva republicación!

¡Feliz inicio de semana!

Mi Querida CampeonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora