Primavera, 1999
En el Aeropuerto JFK de NY, mientras una pareja estaba en espera de su equipaje por el carrusel número 5, comentaba:
— Ya se tardaron, ¿no lo crees?
— Sí, algo.
— Además, el vuelo estuvo tan pesado que estoy cansadísima y muerta de hambre. Ya quiero llegar al hotel para darme un baño y comerme ¡hasta un becerro! Por cierto, ¿cómo dejaste a Martha? Ya no pude despedirme de ella.
— ¡Enojadísima! Pero al final la convencí y le prometí que en dos semanas estoy de regreso.
— ¡Ay hermanito! Estoy tan emocionada por ti. ¡Pronto serás Papá y me harás a mí: tía! — dijo la joven abrazándose al musculoso brazo del hombre aquel.
— Lo malo, que no estarás allá para cuando nazca tu sobrino.
— O sobrina — dijo ella mirándolo mientras bajaba sus gafas oscuras.
— ¡Ni de broma lo digas! — contestó él indignado. — Será hombrecito; y le enseñaré todos los deportes posibles.
— ¡Qué abogado tan machista me saliste! No te lo conocía, ¿eh?
— Yo creo que es normal en todo hombre. Es la primera vez que voy a ser papá — se excusó.
— Bueno, eso ni dudarlo. Pero de todos modos, yo a Martha le he pedido una sobrina para poder vestirla como una muñequita — finalizó ella alejándose de él, para ir a tomar su primera maleta que ya caía sobre la resbaladilla metálica.
Coleccionadas todas, los hermanos se dispusieron a cruzar la línea aduanera.
Para colmo de suerte, los detuvieron debido al exceso de equipaje, no dudando el hombre en asestarle un zape a su compañera, responsabilizándola por traer tanto consigo.
La joven usó como defensa que lo daría en donación como lo había hecho con la otra mitad.
Creyéndole o no, tuvieron que aguantarse el chequeo.
Una hora más tarde, la pareja salió apresuradamente de ahí; llevando la joven un rostro muy serio, mientras que Tom seguía burlándose del revuelo que su famosa hermana había causado en el área de revisión.
Desde sus lugares, los guardias de seguridad los habían estado observado.
Al reconocerlos, les hicieron la broma de detenerlos para que con gran disimulo conforme la revisaban, le solicitaran autógrafos, alegando que tenían hijas jovencitas o pequeñas que la admiraban y seguían sus pasos.
La deportista, para recompensar sus halagos, abrió otra de sus maletas y sacó jerseys que firmó con dedicatoria especial para ellas.
Lo peor fue, que la gente con la que habían viajado, también la hubo reconocido; más, al querer intentar acercarse a ella, las asistentes aéreas, no les permitieron el acceso, porque la joven viajaba en primera clase.
Por consiguiente, los fans aprovecharon ese justo momento para acercarse y pedirle autógrafos y fotografías, haciéndose un verdadero relajo, hasta que finalmente la auxiliaron porque cada vez era más la gente que quería algo de ella.
Lo bueno, es que a la salida distinguieron a un hombre vestido presentablemente que los esperaba con un cartel que decía Stevenson para llevarlos velozmente a su destino final.
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Mi Querida Campeona
FanfictionUna joven soñadora deja su casa para emprender su propio camino, topándose en ese al amor. Uno lleno de comprensión y apoyo. Una amistad que terminara uniéndolos más. (2010)