23 SEGUNDA PARTE

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Y abrí la puerta de cabaña

Tuve que hacerte sentir incómoda, de lo contrario nunca te habrías movido.
EL UNIVERSO

CAPÍTULO 23. SOLO TRES LETRAS

Valentina era muy maja. Igual en exceso. Si no lo hubiera sido, yo no habría tenido que estar en esos momentos rígida como una tabla e hiperactiva como un pequeño gorrión, si es que estos lo son. Yo era bastante de ciudad y no tenía mucha idea de la naturaleza de esos animales. La cuestión: que ni siquiera mi anillo plateado danzando de dedo en dedo era suficiente para tranquilizarme. ¡¿Pero como hacerlo?! Si llevaba cinco minutos llamando a mi puerta cierto chico de ajos azul tormenta y pelo blanco como los folios de las imprentas.
    Él sabía que yo estaba detrás de la puerta, de vez en cuando susurraba mi no nombre.
    —Theresa... —decía casi con advertencia.
    No había vuelto a decir mi nombre real desde aquella fatídica noche en que decidió hacerlo en el tono más íntimo que una persona puede emplear sin ser un cupcake.
    ¿En que momento pensé que aquello sería una buena idea? ¿Por qué era tan masoquista y me condenaba a mi misma? Sí, vale, era para ayudarme a mí, o al menos esa era la intención. Pero... arg, ¿tenía que ser Pol?
    «Sí claro. Ha sido su idea», me contestó la horrible de mi subconsciente.
    Ojalá Valentina no me hubiera dejado la cabaña a solas.
    —Venga Theresa, déjame entrar. Si luego decides que mandarme a la mierda es la mejor opción, pues lo haces. Me gritas cosas horribles y me marchó con la cabeza baja.
    —Ya creo que mandarte a la mierda es la mejor opción.
    —Caray, si que eres rápida, chica. —Casi pude ser su sonrisilla a través de la puerta de madera.
    —Y sabes que no podría decirte muchas cosas horribles.
    —Soy maravilloso, lo sé.
    —No es eso, aparecerías al momento con tu tono perfectamente controlado y no me dejarías ni decirte tres palabrotas bien echadas.
    —¿Qué se le va a hacer? Mi autocontrol es increíblemente perfecto.
    —Estas muy creído tú hoy, ¿no?
    —Es lo que pasa cuando una chica guapa me come la oreja por la mañana.
    —Oye, que tienes novia. —le espeté.
    —¿No pensaras que estoy flirteando contigo?
    Se me sonrojaron las mejillas.
    —Para eso tendría que permitírtelo yo antes.
    —Eso me parecía. ¿Me dejas entrar y hablar contigo viendo ese pelo gris o tengo que imaginármelo?
    —Imagínatelo, ya tendrás tiempo luego de contemplarlo.
    —Así que habrá un luego...
    —Para eso vienes —afirmé a su estilo, o intentándolo.
    Respiré hondo dos veces como me había enseñado Vera. Era el momento de abrir la puerta.
    —No me gusta tu nombre, es muy corto. —le dije en un intento de dejarlo sin palabras mientras le permitía entrar. Y puede que entrar de una forma no solo física a mi vida.
    Salvó que dejar a Pol sin palabras era mucho más complicado que mi vago intento.

***
Bueno, ¿qué? ¿Cómo veis este comienzo? ¿Alguien necesita aclaraciones?
Y yo creo que ya es hora de poner foto con las vides de TeDI, sobre todo de esa misma cabaña en la que... ¿está pasando algo que no entendéis?

La puerta no tiene cristal en el libro, pero el resto es clavado

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La puerta no tiene cristal en el libro, pero el resto es clavado. Nos vemos mañana y feliz noche de Halloween.

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