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CAPÍTULO 82. QUERER BIEN

14 de octubre
Ese miedo había revivido, estaba de vuelta. Solo hizo falta una pregunta de Vera para desatar esos pensamientos que había estado reteniendo en el fondo oscuro de mi mente.
Con las piernas cruzadas sobre el sillón de cuero y la cabeza apoyada sobre las palmas de mis manos en la frente, trataba de responder. Intentaba ignorar ese dolor de cabeza que me provocaba pensar en ello. 
—¿Pol habla de Emma?
Me había preguntado Vera tras reflexiones sobre mi relación a distancia.
Tomé aire varias veces, abrí la boca intentando pronunciar algo. No salió nada. Estaba trayendo de vuelta todas esas advertencias sobre Pol, esas advertencias de Emma.
"Ver como se desvive por los demás es triste, lo hace siempre y para cubrir las dudas que lo rodean". Yo sabía que Pol estaba dándolo todo por sus padres, para que acabara bien su matrimonio. Pero no, estaba pensando en él, aunque fuera un poco. Yo eso lo tenía claro, pero.. ¿estaba pensando lo suficiente? ¿Olvidarse de Emma de una forma tan definitiva y brutal era quererse a su mismo? ¿Ese era Pol?
"Cree que la felicidad del resto es la suya" ¿El resto? ¿Yo abarcaba ese resto? ¿Yo bastaba para que él fuera feliz a través de mí? ¿De alguna forma se estaba olvidando de él?
"No sabemos por qué, pero Pol Luna deja cicatriz" Ya lo sabía, estaba muy de acuerdo con Emma en eso. Pol era algo, ya era algo que iba a estar siempre en mi cabeza. Él fue quien se atrevió a mirar más allá de mi fobia. Fue quien se encogió de hombros y se propuso acabar con mis barreras. Fue quien lo logró.
Sí, Pol era una parte de la historia de mi vida. Me había dado cosas tan bonitas, tan perfectas, tan anheladas. Me había regalado la vida.
"¿Ves al hechicero?
No respondas,
sé que me ves.
Y te ofrezco algo,
tu mayor deseo,
la libertad de vivir, muñeca."
Esos fueron los versos de Pol, esa estrofa que llamó mi atención, mi corazón, mi alma y mi admiración. Admiré eso, su solidaridad, su habilidad para dar sin que puedas rechazarlo. Porque siempre te entrega lo que más deseas, lo que más buscas.
"Reirás, saltaras, amaras
lo tendrás todo,
me lo deberás todo.
Recuérdalo siempre:
soy tu dador de libertad."
¿Creía en las premoniciones? ¿Un poema podía revelar mi futuro, predecirlo?
Es que era tan... apropiado. Era como si mi destino hubiera estado siempre escrito. Desde hacía mucho antes de TeDi.
La vida había querido que Pol apareciera. No fue ni Vera, ni Valentina, ni siquiera Pol. Fue algo, algo que conspiró para que yo llegara al momento en el que sintiera la libertad. La auténtica libertad.
Pol lo sabía, o no, pero lo dijo. Yo se lo debía todo, me dio las alas para volar. Pero... ¿y ahora qué? ¿Qué pasaba cuando Pol aparecía y te bendecía? Apreté la mandíbula, en el fondo lo sabía, él nunca fue permanente.
Él era un salvavidas, de repente está donde necesitas, te salva, te rescata, pero ¿y luego? ¿Qué le pasa al salvavidas?
Un gimoteo escapó de mi garganta.
Había logrado rehuir esa certeza la mayor parte del tiempo.
No quería que Pol desapareciera, lo quería, lo amaba. Pero ya me había salvado. ¿Qué pasaría cuando encontrara a su próximo necesitado? ¿Yo seguiría encajando en su vida? ¿Era lo mejor estar donde ya no te necesitan?  ¿Podía estar con él simplemente porque lo quería? Creo que eso es más que suficiente. Pero... es que igual no era lo que él necesitaba
Cerré los ojos con fuerza, evitando que una lágrima se deslizara por mi mejilla. Estaba tan claro, siempre lo había sabido. ¿Pol pensaría en él y se quedaría conmigo? ¿O siempre estarían los demás por delante?
—¿Sabes qué pasa, Vera? —Su silencio me obligó a seguir pese a las ganas de derrumbarme que tenía—. Tengo un presentimiento que no me gusta. Y no sé si podré evitarlo mucho más tiempo. Es que, mierda, es como si viviera en una burbuja. He alcanzado el punto conmigo misma en el que siempre he querido estar. Me he aferrado a él con todas mis fuerzas, he parado el tiempo en el interior de la burbuja y me he encerrado con Pol. Puede... puede que esté retrasando lo inevitable. No quiero darme cuenta de que mi tiempo ha acabado, ya está, he ganado, pero toca resetear la partida y empezar de nuevo. Pero... no quiero ser eso para él, no quiero ser su partida. Quiero ser su vida. Y no lo soy, puede que sí, ahora, pero no para siempre. En algún momento acabaremos, nuestra historia siempre ha tenido un punto y final. Así son las episodios de verano. Y estoy retrasando ese final, no quiero aceptarlo, no quiero afrontarlo. Pero a la vez tengo miedo de forzar las cosas, de estirarlas hasta que la burbuja, puf, reviente. Ese momento será tan agresivo. Entro en pánico cuando pienso en esa posibilidad. Igual acabar las cosas antes de tiempo y bien es mejor que alargarlas y luego mal.
—¿Consideras que quieres seguir en la relación pero sabiendo que va a acabar? ¿Estás segura de que no es la fachada? Puede que en realidad estés con Pol por miedo a no poder llegar a tener lo que tienes con nadie más. Déjame decirte que has avanzado mucho, sí, con Pol eres más libre, pero no va a ser la excepción. Vas a llegar mi lejos tú sola, Thesa.
—No, no es eso. Estoy segura, no temo no llegar a alcanzar el punto que tengo con Pol. Sé que lo igualaré porque ya lo he conseguido una vez. Es distinto. Pol lo ha dado todo por mí, rompió con Emma por mí, o por mi culpa. Le debo tantas cosas, y... siento que no le he aportado lo mismo. Estoy en deuda con él, debo pagarle, compensarle de alguna forma. Y no sé si lo estoy haciendo de la forma correcta. No sé si es lo que él necesita porque nunca ha pensado en ello, y no sé Vera, igual no soy yo su salvavidas, pero puede que quiera serlo. ¡Es que no tiene ni idea de lo quiere! No sabría como ayudarle. Se deja llevar tanto por lo que quiere el resto, que realmente no se ha parado a pensar.
»Puede que haya llegado su momento, puede que tenga que ser yo quien haga lo necesario para que no esté perdido. Porque sí, siempre ha sido un alma perdida. Y creo que es el momento de que alguien piense en él.

***
Me da mucha pena pensar que unas semanas esto se habrá acabado. Porque ya no queda casi nada. Y este final... uf, es complicado. Tengo ganas de que lo veías, lo que ya no sé es si me querréis o me odiaréis por ello...
*es posible que no pueda publicar el lunes, pero lo compensaré. Bye bye.

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