CAPÍTULO 41. F DE FLAMENCO
Tras las palabras de Emma, que me dejaron más trastocada de lo que me gustaría, ella siguió hablándome de otros temas banales como los son el tiempo atmosférico o las actividades del campamento.
Acabé de desayunar en menos de diez minutos y me marché argumentando que había quedado con Valen, no me apetecía ni esperar la llegada del chico ni quedarme con ella.
Fui a buscar mi cuaderno de crucigramas y eché de menos mi movil, no habría estado nada mal stalkear a actores españoles para quitarme el mal cuerpo.
Una hora después solo había logrado hacer dos sopas de letras, y frustrada por mi poca capacidad mental de aquel día busqué a Tobías. Desde que Pol me dijo el reto del hinchable al que le sometieron y me enteré del mercado negro que llevaban algunos campistas, tenía una idea en la cabeza.
Durante mi estancia había escuchado lo complicado que era encontrar al aragonés de pelo pincho, a mí no me costó demasiado, estaba en su habitación. ¿Tan difícil era?
—Espero no interrumpir —dije al ver como los dos miraban la pantalla de la consola muy fijamente.
Daniel y Tobías parecían estar jugando a un juego muy concentrados. Cada uno llevaba un mando, el rubio el azul y el rojo el moreno. No pude evitar impactarme con la escena. Mucha historia de desconexión y el nieto de la directora era el líder de la mafia de TeDI.
—Ejem, ejem —agregué al ver que no me hacían ni caso.
Primero me dejan pasar y ahora me ignoran.
—Oh, Thesa, estábamos cazando escarabajos de palmera y nos has espantado una buena pieza. —dijo en un tono de falsa amabilidad.
—¿Yo he hecho eso?
Las dos cabezas masculinas se levantaron de golpe y me miraron, de la impresión di un paso hacia atrás. Tanta atención de golpe no, por favor.
—Sí —me respondieron al unísono.
—Está bien. Os recomiendo centraros en la vida real, por cierto. Esta tarde hay excursión, no escarabajos de palmera pero sí de árbol y suelo. Frikis.
Tobías puso cara de agotamiento y apretó los labios.
—Vale, mamá —tras decir aquello se levantó de golpe y yo me senté en el escritorio para mantener las distancias—. ¿Qué querías?
—Quiero encargarte algo.
Si hubiera sido posible sus ojos habrían rodado hasta parar dejando en su pupilas el símbolo del dólar.
—¿Netflix, un móvil, Disney+?
Tobías sacó un catálogo del cajón superior del armario y me lo tendió. Parecía bastante nuevo.
—Nada de eso, le prometí a mi madre que aprovecharía la oportunidad de desconexión. —me encogí de hombros.
—Ay, Thessi, todos lo hacemos.
—Ya... —dije alargando la palabra.
Pasé las páginas en busca de mi hinchable y encontré un apartado de cosas de piscina y playa. Realmente tenía un buen negocio montado, había de todo, desde soportes para bebidas con forma de Donut, bañadores de colores y chancletas, a toboganes acuáticos y motos de agua.
—¿De verdad vendes toboganes? —quise saber.
Tobías arrugó la nariz.
—No, dan caché y si alguien quiere alguna vez le digo "actualmente no tenemos disponibilidad" sorry not sorry. ¿Y tú princesa no querrás un tobogán, porque recorro él mundo si es necesario?
Mis mejillas se sonrojaron.
—Toby, ¡vamos! Lo hemos hablado, no eres su tipo —dijo el novio de mi compañera de habitación sin levantar la mirada.
—¿Y es necesario que lo digas en voz alta? ¡Ya sé que no soy Pol Luna!
—¡No nombres a Pol, gracias! —exclamé sorprendiéndolos a ellos y a mí.
«¿En serio Thesa, no puedes nombrar a Pol pero sí comprarle un regalo?», le puse una mueca fea a mi subconsciente.
—¿Te has enfadado con él? —preguntó Toby.
—¿Tienes que meterte dónde no te llaman? —le preguntó Daniel.
—¿Tienes que abrir la boca cada vez que hablo con mi amiga?
—No te interesa el motivo, dedícate a coger el pedido, que para eso cobras.
—La amabilidad se valora bien, Rojas.
—No te digo que no seas amable, solo que a lo mejor no le interesa darte detalles de su vida.
—¡Que dramático! Somos amigos, no pasa nada si le pegunto algo.
Mientras ellos discutían yo hacía como que miraba los hinchables, pero tampoco había tantos.
—Déjalo Tobías, está claro que no sabes lo que es la intimidad.
—¡Se llama curiosidad! —se defendió el moreno.
—La curiosidad mató al gato.
—Soy un humano, zas.
Daniel se llevó una mano a la cara dejando zanjada la conversación con Tobías, este último me miró e hizo círculos con sus dedo a un lado de la cabeza.
—Está loco, ¿vamos fuera y lo hablamos?
—No, no hará falta. Pero, ¿tienes ballenas? —señalé la página con pizzas gigantes, dragones, aguacates o unicornios, pero nada de ballenas.
—¿Ballenas? Te puedo mirar en Amazon, pero le costará más llegar.
Tobías fue hasta lo que deduje que era su mesilla y sacó una tablet del cajón.
—¿Usas datos? —le pregunté mientras llegaba hasta donde estaba yo.
—¿Eh?
—¿Que si usas datos? —repetí.
—Oh, no, le robo el wifi a mi abuela.
Asentí con la cabeza comprendiendo que hay veces en las que es mejor no seguir.
—Mira, hay una ballena que llegaría rápido —me señaló el aparato—, pero... vale sesenta euros.
—Me quedo con el flamenco.
—¡Maravilloso! Mañana recibo algunas cosas y le pediré a mi contacto que incluya tu pedido en la carga. Te buscaré —se giró y se volvió de nuevo— ¿No pagaras con Bizum, no?
—No tengo móvil.
—Diez euros en efectivo.
Saqué el monedero de la mochila vaquera que traía y le entregué dos billetes de cinco.
—Nos vemos —dije antes de salir por la puerta.
Andando llegué al embarcadero y me senté con las piernas colgando y mis pies rozando el agua helada.
¿Acababa de gastarme diez euros en un regalo para un chico, chico que ni siquiera era mi novio? Sí.
¿Empezaba a comprender que las palabras de Emma eran muy ciertas? También.
¿Iba a evitar a Pol toda la vida para remediarlo? Solo Dios sabía lo difícil que podía ser eso.
*
—Choca los cinco, Theresa —dijo él enseñándome la palma de su mano derecha.
Fruncí el ceño.
—¿Es necesario? —pregunté.
—Has venido y no las tenía todas conmigo, claro que es necesario.
—Te odio, Pol.
—Sabes que no es cierto.***
Mañana más, y.

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Simplemente Thesa
Teen FictionThesa Lagos, y solo Thesa, llega a TeDI, un campamento perdido al norte de España y con las siglas erróneas, aconsejada por Vera. Vera, es su psicóloga y la misma que la acompañara durante el año más ¿increíble de su vida? Parece adecuado hasta el...