4

32 9 6
                                    

CAPÍTULO 4. CULEBRONES DE CAMPAMENTO

Pol salió del lago con la camiseta blanca pegada al cuerpo... y noté el calor inundando el mío e igualmente fui incapaz de apartar la mirada de su pecho. No sería el chico más musculoso que había visto en mi vida, pero los pectorales se le marcaron lo suficiente como para que me resultara indecente mirar.
No pareció importarle que todas las chicas (y algunos chicos) del campamento tuvieran sus ojos posados en él.
Agitó la cabeza como si fuera un perro mojado y varios mechones blancos le cayeron sobre los ojos. Aparté la vista, eso no era sano.
Fui andando como si nada hasta el grupo de gente. Por el camino una chica de pelo moreno y flequillo, vestida como una estrella, me fulminó con la mirada. Tragué saliva, no me gustó demasiado.
—Vamos, Pol. —gritó una monitora con poca paciencia de pelo rubio dorado y piel oscura  que no estaba en el autobús. «Curioso contraste», pensé.
Varios grupos de jóvenes se sentaron en varios troncos que rodeaban una hoguera apagada y yo decidí apoyarme en un poste que conectaba con otro mediante un cable del que colgaban bombillas. Alejada del resto y más cerca del embarcadero. No, no tomé esa decisión solo por la fobia.
El calor de julio marcaba cada uno de los rostros sudorosos.
—Es un placer teneros a todos en TeDI, nuestro paraíso de desconexión y relax. Muchos de vosotros pasareis aquí todo el mes, otros unos días o unas semanas. Pero todos viviréis una experiencia inolvidable —nos dio la bienvenida la mujer mayor de rostro amable—. Sandra y Ander serán vuestros monitores. En unos minutos os enseñaran todas las instalaciones y os ubicaran en vuestras cabañas —les entregó unos portafolios con datos y mapas—. Quiero recordar que los móviles están prohibidos durante vuestra estancia aquí, venís a alejaros de la polución, y lo haréis al completo.
El chico de pelo rizado fue pasando con una caja donde los jóvenes depositaban sus dispositivos.
Escuché unos pasos acercarse por detrás y no pude evitar sonreír al oír también el ruido de la ropa mojada al rozarse.
Pol se acercó a la chica que me fulminó y le plantó un beso en los labios. Ella le apoyó una mano en el pecho y lo empujó hacia atrás diciéndole que estaba empapado. La sonrisa sugerente que le dedicó provocó que mis dientes se apretaran. No era la primera vez que me pasaba, no era ni de lejos la primera vez que envidiaba a una pareja besándose. Y sin duda no sería la última, pero ver como Pol tenía novia, fue...  de algún modo doloroso.
Sin ningún tipo de motivo me sentí traicionada, no era nadie para sentirme así e igualmente noté la decepción inundarme. Juraría que había estado coqueteando conmigo, tal vez fueron imaginaciones o simplemente Pol era así.
Ander se acercó a mí con la caja y antes de que invadiera mi espacio personal lancé el móvil dentro, arriesgándome a que se rompiera (con suerte el resto de aparatos amortiguarían la caída). Se encogió de hombros. Ni siquiera lo había apagado, ¡a la mierda la batería!
—Podéis desayunar de ocho a diez. La comida se sirve para todos a las dos, si no os presentáis no coméis y lo mismo la cena, a las nueve y media. El teléfono público solo esta disponible de siete a nueve de la mañana, el resto del tiempo, desconectado. Se sitúa junto al corcho de las actividades en la cabaña situada en la entrada. Yo estaré allí la mayor parte del tiempo. Ahora os vamos a dividir en dos grupos en función de donde os situéis. Si os nombran en el A con Sandra y en el B con Ander —la monitora de pelo rubio le susurró algo a la otra mujer— Bien, voy a necesitar un voluntario experimentado para hacer la visita al grupo A —miró la lista de personas—. Tobías o Pol, cualquiera de los dos os lo conocéis bien.
Un chico de pelo negro y pincho con la cara redonda y de aspecto común levantó la cabeza haciéndome pensar que era Tobías, no creí que hubiera más "Poles".
—¡Abuela! No me metas en tus rollos. Paso. —dijo volviendo a mirar unos papeles.
—Lo haré yo —propuso Pol sin darle tiempo a reaccionar a la mujer mayor.
La mujer,  reacia a darle el portafolios al perro mojado lo reprendió con la mirada, pero al ver que su nieto no iba a ceder, se lo acabo dando.
—Por cierto, mi nombre es Malena.
Tras aquello empezó a dividirnos en dos. La gente se movía  como pollo sin cabeza y me alejé en dirección a las maletas desperdigadas por el césped.
Eché una mirada a Pol y este encontró la mía. Después de saber que tenía novia, sus sonrisas no me parecían tan graciosas.
—Theresa Lagos, aquí a mi lado. —dijo con voz cantarina al ver que rimaba.
Puse los ojos en blanco, no le entraba en la cabeza que me llamaba solo Thesa. Y además, estaba segura de que en la lista no ponía Theresa por ningún sitio.
Me acerqué rodeando al grupo. Y me situé a dos metros de él.
Siguió nombrando a gente.
—Emma amor, te vienes conmigo —el suspiro que soltó su chica no ayudó a que me causara buena impresión, parecía algo borde—. Mi chica de capital, Valentina. Daniel, colega, tú también. Macarena, Alejo, Tobías...
Jugué con el asa de mi mochila vaquera mientras acababa.
Con un moviendo de la mano autoritaria de Pol, los doce lo seguimos por el césped en dirección a una cabaña que presagiaba: "cantina".
La verdad era que el sitio era precioso, no tenía ni idea de si haría amigos, si me lo pasaría bien, si superaría mi fobia. No tenía ni idea, pero Vera tenía razón, era increíble. Si cerrabas los ojos se podía escuchar a los pájaros cantar y el suave rumor del viento. Para llegar a cualquier cabaña tenías que subir por caminos de tierra. Desde abajo podías levantar la vista y ver las pequeñas cabañas a distintos niveles. Los arboles que rodeaban el campamento eran altos y encantadores. En el embarcadero junto al lago había tres barcas prometiendo paseos increíbles y la enorme cantidad de luces y farolillos me hacían desear con ansias que el sol se retirara a descansar.
La voz de Pol me sacó de mis pensamientos.
—Como veis, esta cuestecita tan adorable, está pensada para llegar con hambre al comedor —De adorable nada, estaba muy empinada—. No sé vosotros, pero yo no tengo ganas de subir, ya sabéis donde está, no tiene pérdida. Y si os fijáis, a mitad del recorrido hay un desvió, continuar por allí y llegaréis a la piscina. No os confiéis, el hecho de que esté lejos no quiere decir que a la gente le de pereza ir. Siempre está llena.
»Aquellos que no se han dedicado durante el viaje a ver telenovelas absurdas —se me sonrojaron las mejillas, él no me miró— se habrán fijado en que los otros dos lagos que dan el nombre al campamento, están en nuestra diagonal. TeDI, Tercer Lago a la Izquierda. Sí, todos somos muy listos y nos damos cuenta de que las siglas no coinciden. Al parecer los que se dedican a pintar carteles no son tan brillantes como nosotros.
Empezó a andar rápidamente hacia la colina izquierda y nos enseño las cabañas de los monitores.
—¿Cuando vas a decirnos cuál es nuestra habitación, algunos queremos echar una cabezadita? —dijo un chico con su pelo castaño claro recogido en un moño.
—Pues mira Alejo, has tenido el honor de compartir cabaña con la mismísima eminencia —dijo Pol señalando su rostro, empapado, no lo olvidemos. Que de vez en cuando cayeran gotas de su pelo no ayuda a tomarlo en serio, sí a lo de eminencia—. 6A, sírvete tú mismo.
Alejo se marchó cuesta arriba y yo quise poder hacer lo mismo. Cada vez me costaba más separarme de los cuerpos y más aún mantener mi incomodidad a raya.
—Nos encontramos en la primera línea de playa —dijo bromeando, la playa no se veía — Ventajas de la única caseta de este nivel: está cerca del embarcadero y la zona común. Desventajas los monitores duermen justo al lado, y por tanto, las probabilidades de diversión disminuyen bastante. Bien pues, los afortunados son... —echó un vistazo al papel que llevaba entre las manos y se le abrieron considerablemente los ojos—. Amor, intentar no mataros, ¿vale? Emma y Macarena, la cabaña es vuestra.
Su novia y otra chica también de pelo oscuro se miraron con desprecio. Desprecio que no comprendí ¿no se llevaban bien? Tendría que esperar un poco para descubrir el motivo.
Emma estaba alucinando y, aunque abrió la boca como si quisiera decir algo, no dijo nada y entró en la cabaña de madera dejando la puerta abierta. Si se llevaban mal, el hecho de que no la cerrara me hizo pensar que sería un buen comienzo en ese intento de no matarse, estaba abierta a la paz.
Macarena, la otra chica, se encogió de hombros y entró tras los pasos de la chica vestida como una estrella del pop.
Empecé a sentir la presencia de alguien acercándose a mí. Me giré y fruncí el ceño.
—Pensaba que ibas a echar una cabezadita. —le dije en un tono alto para que no sintiera la necesidad de juntarse.
—Iba, iba, pero resulta que he escuchado la estridente voz de Pol diciendo que Maca y Emma van juntas. ¿Es eso cierto? Durante el trayecto me han dicho, y he visto,  que estaban saliendo, Pol y Emma. —dijo Alejo.
—Completamente cierto. A mí también me ha dado la impresión de que están saliendo.
—No pareces muy contenta. —añadió examinando mi cara.
Fuimos subiendo por una rampa, esta se iba estrechando y Alejo se arrimó. Se me formó el nudo en el pecho que tanto conocía, pero traté de relajarme con dos respiraciones.
—Ni contenta ni descontenta, me de igual—intenté parecer neutral—. Pero no entiendo, ¿qué problema hay en que les toque juntas?
—Te había dado por lista. —dijo sonriendo y mostrando dos hoyuelos en su piel suave.
—Oye, me considero bastante inteligente. Y no sé si es que serás muy cortito, pero no conozco a nadie, y por tanto, tampoco las relaciones entre ellos. —¿Un poco a la defensiva? Puede, lo acepto.
Su presencia empezó a incomodar bastante, estaba muy cerca, en cualquier momento su brazo rozaría con el mío. Noté el sudor resbalando por mi cuello y la mente se me fue nublando. Tenía que hacer algo.
—Anda aléjate un poco, me das calor. —le dije tratando de parecer carismática y nada estresada. Lo acompañé con un movimiento de mis manos y una sonrisa.
—Muy bien chica calurosa. Yo soy Alejo, y ya no puedes usar la excusa de que no conoces a nadie.
Agradeciendo la distancia entre nosotros, me destensé.
—En realidad ya se a presentado alguien antes. —si es que leer el nombre en la maleta es presentarse.
—Me he dado cuenta, estabas hablando con Pol. ¡Que chaval! —exclamó—, ese hombre se levanta Dios y se acuesta Dios.
Lo miré con una mueca divertida.
—¿Qué? No eres la única con ojos operativos, Theresa.
Suplicante me llevé las manos al pecho.
—Oh por favor, tú también no. Me llamo Thesa, nada de Theresa. Solo Thesa.
—Vas a tener que ir aclarándolo, Thesa. Todo el mundo calla y escucha cuando habla Pol —dijo intentando simpatizarse conmigo—. Hoy es el primer día y va un poco de chulo, pero es un chacho de pan.
—Entiendo —dije sin entender nada.
—Oye, vosotros dos, intento repartir habitaciones y enseñar el camino para que ningún novato se pierda. Theresa, por si no te has dado cuenta, eres uno de esos. Así que silencio.
Vi mi oportunidad, Theresa era un nombre horrible.
Levanté la mano llamando la atención de todos igual que hice antes al cantar mi solo de Summer of Love.
—¡Para todos! Mi nombre no es Theresa. Me llamo Thesa, así que si vais a querer  recibir respuesta por mi parte, tendréis que llamarme por mi nombre. Gracias.
La chica de pelo castaño que daba saltitos en el autobús me miró sonriendo.
«Hola Thesa» me dijo con la boca sin emitir sonido alguno. Le devolví la sonrisa, parecía maja.
—Genial Theresa, déjame seguir.  —puse los ojos en blanco, ese chico era algo más que cabezota—. Estas dos cabañas son, en mi opinión las más fieles al verdadero objetivo del campamento. Yo diría que son las cabañas de la gente que realmente viene aquí para desconectar. Y la primera es para... Daniel y Tobías.
—¡¿Qué?! —exclamó con los ojos saliéndose de las orbitas el nieto de la dueña, Tobías—. No puede poner eso, Pol. ¡Por todos los cielos! Mi cabaña es siempre la séptima. No pienso entrar allí.
—Yo no quiero desconectar —dijo el chico rubio que al parecer era Daniel. Miró a la chica de pelo castaño que debía de ser su novia y se cruzó de brazos—. No me avisaste de que tendría que dejar mi móvil en una caja.
Parecía un niño pequeño teniendo una rabieta y aunque aparentemente quería hablar con su novia en privado, todos lo escuchamos. Tobías anduvo en su dirección.
—Colega, yo te voy a salvar, seré tu príncipe azul. Confía en mí, vamos a ir a hablar con la vieja de mi abuela y a aclarar de una vez por todas cual es nuestra habitación. No te preocupes, la desconexión no va a ser nuestro mood estás vacaciones. —el chico de pelo negro, varios años mayor que el rubio, le pasó un brazo por los hombros y recorrieron el camino de vuelta.
—No fastidies chicos, que no es para tanto. Volver aquí. —les dijo Pol sin gritar.
La pareja que andaba desacompasada cuchicheó algo y se giraron a la vez mostrando el dedo índice.
—¡¿En serio Daniel?! —gritó la chica de pelo castaño, su novia.
No le hizo caso y se fue a hablar con Pol.
—¡Conseguiremos la séptima habitación! —advirtió un Tobías perdido completamente de nuestro campo de visión.
Miré a Alejo deseando desentrañar parte de este culebrón. ¡Muchos se conocían!
—¿Me vas a decir ya que pasa entre Emma y Macarena?
—Mejor dicho, que pasó entre Maca y Pol —Asentí con curiosidad—. Ella fue su primera novia. Fue hace cuatro años, yo no estuve, vine por primera vez al siguiente y me contaron que estuvieron juntos. Acabaron bien, pero claro, ahora está aquí su actual novia, eso no puede ser bueno.
Hice cuentas mentales, Pol no parecía ser mucho mayor que yo, según mis cálculos hace cuatro años todavía era menor.
—¿No es un campamento para mayores de edad? No creo que Pol hace cuatro años tuviera dieciocho, a penas tendrá un año más que yo. Y tengo dieciocho.
—Cierto, es un enchufado de mierda, igual que Tobías. Empezaron a venir con dieciséis o así. Pol debe tener 20 ahora. Pero claro, supongo que no tiene relevancia la edad con el físico de Pol.
—Ah. —dije antes de mirar de nuevo a Pol. Su camiseta se estaba secando y ya no era tan transparente.
Pero estaba igual de radiante.

***
¿Habéis pillado la referencia a los Bridgerton o soy yo la única obsesionada con esa serie?
Y para los que me preguntáis si Em y Pol seguían saliendo en el campamento, ya tenéis vuestra respuesta.
🙈🙈
Recordar que es MUY recomendable que os hayáis leído primero Simplemente Valentina, no sé cuál es vuestro caso, pero lo digo igual.
Por cierto quiero que sepáis lo mucho que me gusta que compartáis la historia, que votéis y comentéis. Y por eso, si veo comentarios a full... pongo capi el sábado para amenizar la espera hasta el lunes. Ahí lo dejo. ❤️❤️

Simplemente ThesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora