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CAPÍTULO 55. UPS

Durante la semana las cosas fueron andando relativamente bien. Todas las tardes quedaba con Pol en distintos sitios (sobre todo en mi cabaña) para hacer nuestras "sesiones". En realidad la mayoría acaban siendo horas de conversación que más tarde servían para reanimar una sonrisa en mi rostro con recordarlo.
Ya estaba nivel quince, alcancé el doce con la trenza y dos fueron porque jugué a las palmas con Valen, y aunque resultó muy sencillo pues eran unos brevísimos toques, él lo consideró todo un logro que no objeté. Y el otro nivel, el que me llevo al quince la noche del día 21, fue que Pol agradecía mucho que le chocara siempre los cinco. Tontadas varias.
Y para tontadas, el juego de avanzar cada día más pasos. Me parecía muy estúpido, al fin y al cabo ya nos habíamos dado la mano (glorioso aquel día) y me abrazó cuando se marchó a Barcelona. Pero ahí seguíamos, yo me quedaba estática y él avanzaba. Y diré, que ya nos quedaban pocos pasos para el dilema del centímetro cero.
Yo, aunque fracasaba más a menudo de lo que me gustaría, siempre evitaba pensar en que los vi haciendo el amor. Es que era muy turbio, me metí en un embrollo horrible, y luego ponte a fingir normalidad habiendo visto el culo pálido de Pol. ¿Que lo había visto medio campamento cuando se ganó el hinchable de unicornio? Sí, pero yo lo vi sin que lo supiera.
¡Y encima era el chico que me gustaba!
De cualquier forma, la mañana del 22 estábamos Alejo, Valentina y yo desayunando a horas tempranas. Habíamos aprovechado para llamar a nuestros padres sin ser ilegales.
Lo malo, que Valentina estaba gimoteando porque nos quedaban pocos días cuando en realidad era más de una semana.
Alejo no paraba de hablar de lo increíble que era Gunter y la suerte que tenía de vivir cerca, a menos de dos horas de viaje. Yo y Valen éramos las dos en Madrid, distintas zonas pero misma ciudad, y sin duda era algo que agradecía, una amiga de las mejores.
Y no, antes de que lo penséis, Pol y yo no estamos a dos horas de viaje. Barcelona y Madrid se llevan un rato en coche, y tampoco existía un "Pol y yo", así que bien.
—Debería haber probado antes las napolitanas de crema, me centré en las de chocolate y ahora me quedan pocos días —dijo Valentina.
—Tienes tiempo de sobra para probar también las de tres chocolates, y pasado mañana desayunamos salado, ¿vale? —le dijo Alejo.
Yo por mi parte unté mantequilla en la tostada de pan y la mordí.
—Lleváis todo el mes diciendo eso y no habéis salido del dulce —les recordé.
—Tú tampoco has desayunado salado —arremetió.
—A mí no me gusta comer un huevo frito por la mañana —le espeté en mi defensa.
Valen se giró hacía la puerta y sonrió, miré a a ver quién era.
Daniel llegó tristón y se sentó en la silla más cercana.
—Mi hermano y Samuel están pasándoselo en grande —dijo apretando los labios con pena.
Con el tiempo había aprendido que Eloy hermano, es su hermano pequeño, y Samuel su mejor amigo de Madrid, porque según decía Tobías, él era el favorito del campamento.
—Y tú también. —Mi amiga le acarició el pelo y presionó sus labios contra su mejilla.
—Ya, pero no importa. Lo grave es que no me echan de menos.
—Se están acostumbrando a estar sin ti.
El rubio miró con cara de circunstancias a su novia.
—Eloy está súper encariñado con Ruby —Daniel se giró hacia los oyentes—, es la hermana menor de mi amigo.
—No pasa nada porque abráis horizontes, estáis como en la casa de esos dibujos que vivían bajo tierra y había una cosa que limpiaba piedras, pues igual, en vuestro mundo. Y sinceramente, vuestra relación de dependencia es algo tóxica.
—Me voy a ir a por una tostada de pan de molde, porque me estoy sintiendo atacado.
Daniel se levantó, indignado
—Es demasiado blandito —comentó su novia.
—¿Y tiene que decir pan de molde? Todo el mundo lo llama pan Bimbo.
—No todos —objeté con la boca llena.
—También dice jamón dulce —añadió Valen y Alejo puso cara de horror.
—¡Eso es mucho peor!
—Ya os lo he dicho, es un blandito.
El comedor se fue llenado conforme se acercaba la hora de fin de desayuno.
A nuestra mesa se acoplaron Pol y Emma, pero ahí no empezó el drama, este llegó con la llegada de Tobías hablando con otros chicos. Chicos con los que nunca lo había visto relacionarse, hasta que te das cuenta de que es el hijo de la dueña y es tan conocido como Pol Luna.
El traficante de poca monta fue él único que se sentó con nosotros.
—¿Os habéis enterado? —nos preguntó comiéndose un KitKat de sus reservas.
Por cierto, Valen y yo creíamos que ni siquiera se habían dado cuenta de que les faltaban dos piruletas y dos Kinder Bueno.
—Tobías, no creo que haga falta difundirlo —las palabras de Emma nos sorprendieron bastante a todos, o no a todos, pero sí en general. Ella sabía el tema.
Y sinceramente, por el tono con el que se lo dijo, no esperaba que contara el cotilleo.
—Ha pasado hoy de madrugada y el mal nacido de Rodrigo ha tenido que esperar hasta hace unos minutos. No está fresca la noticia, pero sí es impactante.
—¿Quien es Rodrigo? —pregunté queriendo enterarme.
—Uno del otro lado de la ladera, nadie muy importante —me aclaró Pol y cruzamos la primera mirada directa del día.
Por algún motivo, que fuera él quien me lo contara me hizo ilusión.
—Fue en la piscina, dos personas que nunca esperarías...
—Vamos Toby, no tenemos todo el día, queremos ir a la búsqueda del tesoro —lo apremió Daniel.
—No tienes ninguna gana de ir a eso, Peter Pan —dijo esto con desprecio.
—No es cierto, porque Valen y yo vamos a vencer.
—Callaos los dos y cuenta —cerró el conflicto Alejo.
Vale —Tobías se aclaró la garganta—. Vieron a Macarena y Ander enrollarse en la piscina.
Valen y yo nos miramos, probablemente con cosas distintas en la cabeza.
«Siempre he querido besar a alguien en la piscina, o en el agua en general»
Las cinco cabezas sin contar la mía, se giraron para mirarme y a Alejo se le cayó el trozo de croissant mientras se mordía el labio inferior.
La sangré corrió en sprint a mis mejillas.
¿En serio, Thesa?
—Lo he dicho en alto, ¿verdad? —pregunté temiendo la respuesta.
—Sip —respondió Pol rascándose la nariz con un aire entre divertido e incómodo.
—Ah, genial.

***
Y hasta aquí el último capítulo de la semana. Espero que os haya gustado, bye.

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