CAPÍTULO 78. DANIEL
Aún me parecía increíble que TeDI hubiera sido de real. ¿Iba a despertarme de un sueño largo y realista? ¿Había pasado un mes con mi novia en un campamento alrededor de un lago, o era mi impresión? Y lo más surrealista: ¿me despedí del chico que me enseñó lo que es pasarse horas jugando a juegos antes para niños, o solo le dije "Hola, bienvenido a mi vida"?
Es que no os podéis imaginar lo mucho que me chocaba todo.
Durante ese mes de julio había convivido con Tobías prácticamente las veinticuatro horas del día, pero es que al volver a Madrid ¡todo seguía igual! Aunque de otra forma, claro.
Los primeros dos días estuvimos mandándonos TikToks, mensajes absurdos de cosas de las que ya habíamos hablado pero no puesto forma y no sé, de todo. Manteníamos el contacto como buenos amigos que nos habíamos hecho. Incluso llegó al punto en que Samuel necesitó que le aclarara en que situación nos encontrábamos.
—Él es mi mejor amigo de campamento, pero solo porque tú eres mi mejor amigo absoluto, y hermano, por eso puede haber otro título de mejor amigo.
Y con esa simple frase conseguí dejar al chico pelirrojo con el corazón calentito. En realidad siempre había considerado a Samuel como parte de mi familia. A veces era mi hermano gemelo, cómplice de trastadas y de pensamientos nocturnos. Otras era mi hermano mayor, aquel sobre el cual sabes que podrás apoyarte siempre que tiembles, esa persona en la que puedes confiar porque con solo chasquear los dedos lo tienes donde sea necesario, tu máximo protector. Y luego estaba el papel de hermano pequeño, el que asumíamos cualquiera de los dos cuando el otro necesitaba que le acariciaran el pelo o le dijeran que todo saldría bien. Algunos llamaran a esto dependencia, yo lo llamo familia.
Valen, otra cara esencial en esa unidad especial, me sopló en el cuello y me rodeó con sus brazos desde atrás.
—¿Nos encargamos tú y yo de la cena? —me preguntó.
La miré por encima del hombro.
—¿Y tú hermano? ¿No está? —quise saber.
—Llegará más tarde —aclaró.
—¿Y Carla?
—Está sometiendo a examen a Martina.
¡¿Por qué faltan los cocinillas cuando se les necesita?!
Martina, quien estaba siendo interrogada por Carla, era la novia de Marco. Yo ya la conocía, Marco nos la presentó antes a Samuel y a mí sabiendo que las chicas serían mucho más exigentes con la nueva incorporación. No iba desencaminado, si Valentina no había visto necesario parar el interrogatorio, es porque era imprescindible.
Y bueno, estábamos todos en mi casa, en el contexto de... de cualquier cosa. Simplemente habíamos quedado. Nah, en realidad los había reunido con la excusa de presentar a los nuevos integrantes ¿del grupo? Aún estaba por concretar.
—Está bien, pero paso de cocinar, pedimos comida china.
Mi chica soltó un bufido.
—Eso no es encargarse.
—Prefiero pagar a cocinar, así que sí, es encargarse.
Valen se disponía a replicar cuando llamaron a la puerta.
—¡Voy yo! —gritó Tobías desde el rincón dónde discutía con Samuel
Ah, sí, Tobías estaba en Madrid. Ese era el sutil detalle por el que no sabía si fue un hola o un adiós.
El tercer día después del campamento me mandó un audio diciéndome que estaba en el aeropuerto esperando a que fuera a buscarlo. Sí, así, de sorpresa. Por el motivo que fuera decidió aplazar su vuelta a TeDI dos semanas, las cuales iba a pasarlas en mi casa. No me dio otra opción. Así que ahora Eloy y yo compartíamos casa. No, mis padres no estaban en Madrid, eso no había cambiado, aunque por una vez lo agradecía, no tenía claro cómo se tomarían la llegada del chico.
Valentina fue, por fin, a rescatar a Martina y yo la seguí, porque otra cosa no era opción.
—Thesa te caerá muy bien, a veces es un poco impredecible pero en un porcentaje pequeño. Ya verás, pronto estarás integrada —le dijo a la chica.
Sonriendo como un bobo le di un codazo a Tobías.
—¿Te dije o no te dije que Valen es la mejor?
—Tío, que ya la conozco y me lo has dicho todos los días.
Dolido busqué con la mirada a Samuel.
—No te preocupes, Campeón, las cosas buenas nunca sobran, puedes presumir de novia todo lo que quieras.
—¿Dejaréis algún día de ser tan pegajosos?
Miramos fatal a Marco y Tobías le dio la razón.
—¿Y tú por qué te tienes que meter en todo? —le espeté a Tobías.
—¡Pero sí quien ha dicho que sois unos caramelos es Marco! ¡Yo solo corroboro!
—Marco puede decir lo que quiera —agregué.
—¿Y yo no? —dijo en un tono muy elevado.
—No, estás a prueba —le contestó Samuel, tajante.
—¡Samuel! —le reprendió Camilla interrumpiendo las presentaciones de las chicas.
—¿Y cuanto dura la prueba esa?
Sonreí, Toby se hacía el indiferente pero estaba deseando que le diéramos el visto bueno.
—Les costó semanas aceptarme, yo de ti esperaría sentado —le recomendó Marco.
—Eso no es cierto, te quisimos desde el primer día —calmó las aguas Samu.
—¿En serio? ¿Tu crees que Daniel puede decir lo mismo? —inquirió Marco.
Hice una mueca y me encogí de hombros.
—No, no puedo —admití.
—Pringado, yo ya tengo a Dani comiendo de mi mano, ¿a qué sí, Peter Pan?
Mis mejillas adquirieron cierto tono rosado.
—¿Te llama Peter Pan? —me preguntó Carla antes de girarse al resto de chicas— ¿Pueden ser más infantiles?
Me rasqué la frente, cohibido, y mi novia me mandó un beso para apoyarme pero sin negar sus dolorosas palabras.
—Lo fácil no es agradar a Daniel, él es un ángel. El complicado soy yo —le dijo Samuel clavándole un dedo en el pecho repetidas veces.
El pelirrojo y pelo pincho decidieron que era el mejor momento para someterse a un duelo de miradas. Marco necesitó con urgencia besar a Martina con dulzura , lo cual era muy chocante para la vista. No le pegaba en absoluto, pero allí estaba, enamorado perdido. Y en contra de todo pronostico, mi hermano apareció por las escaleras con unas fotos en la mano.
Eloy tiró de mi camiseta y me obligó a apartar la mirada de Valen (estaba aún más increíble que de normal, ¿cómo era posible?).
—Se me había olvidado decirte que estás semanas me he hecho muy amigo de Ruby —comentó pasándome una foto—. Mira.
Ruby era la hermana pequeña de Samuel y como me importaba poco en esos momento en comparación con lo preocupante que era que ese par no pestañeara durante tanto tiempo, no obtuvo mi atención hasta que no vi que en la foto aparecían ella y mi hermano poniéndole morritos a cámara. Abrí los ojos alterado y flipando en colores.
—La echo mucho de menos, ¿me llevas a su casa para hacer una fiesta de pijamas?
Alterné la vista entre su rostro tierno e inocente y el descarado que se mostraba en la foto. Me acuclillé.
—¿Este eres tú? —quise saber con urgencia.
Eloy se rió despreocupadamente antes de añadir:
—Pues claro.
Apreté los dientes negando con la cabeza.
—No vas a ir a ningún sitio, estás castigado.
Mi hermano rojo de la ira se puso a decirme un montón de barbaridades nivel infantil y yo fui a pedirle explicaciones a Samuel.
—¿Desde cuando tu hermana es una mala influencia?
—Mi hermana no es... —empezó a decir antes de que le pusiera la escandalosa foto delante de las narices—. ¿Esa es Ruby?
—Sí, y ese mi hermano. ¡Le ha enseñado a poner... arg es un niño!
—Deberíamos ir a hablar con ella. Ahora mismo.
—Sí, es un niño inocente y quiero que lo siga siendo.
Valentina se puso en medio de la puerta cuando nos disponíamos a salir.
—No vais a ningún sitio.
—¿Lo has visto? ¡Es Eloy!
—Dios, están haciendo el tonto, dejadlos en paz.
Iba a mirar mal a Thesa por decir aquello hasta que caí en que no la había saludado.
—Perdona, Thesa, me alegro de verte.***
¿No es muy bonito que estén todos juntos? A mí me lo parece.

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Simplemente Thesa
Dla nastolatkówThesa Lagos, y solo Thesa, llega a TeDI, un campamento perdido al norte de España y con las siglas erróneas, aconsejada por Vera. Vera, es su psicóloga y la misma que la acompañara durante el año más ¿increíble de su vida? Parece adecuado hasta el...