La mujer salvaje se levanta como un fénix de las cenizas de su vida, para convertirse en la heroína de su propia leyenda - Shikoba
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Un año y nueve meses desde el último adiós a Keylani, la mujer que se convirtió en leyenda, pero que por azares...
*Advertencia: Este capítulo toca temas muy delicados y perturbadores que pueden desencadenar traumas, no romantizo los actos de este personaje ni al personaje mismo, la mentalidad de Schiavone es más turbia que en su última narración. Favor de leer con discreción.
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"El diablo no tiene miedo de sentarse en un altar. " ~Austin O'Malley.
Mi Ptichka.
La vida a veces nos pone baches que son imposibles de superar, son baches tan profundos que no puede saltarlos mucho menos rodearlos, debes de quedarte en dónde está para evitar caer en un profundo hoyo donde no pueda salir, algo así como el enamoramiento, cuando te enamoras de una persona sabes que no puedes saltar tus sentimientos o rodearlos, no puedes evadir eso que siente tu corazón y cuando menos te das cuenta estás cayendo en el profundo bache de la desesperación y un sentimiento que prometiste jamás sentir.
Cuando era niño mi infancia fue muy difícil, siempre crecí con la ilusión de unos padres perfectos pero nadie me dijo que Luciana y William, sólo buscaban querer aparentar algo que no eran, fui adoptado por una familia inglesa en donde se suponía recibiría todo el amor, yo no sabía que había sido adoptado, toda mi infancia creí que esas dos personas eran mis verdaderos padres, incluso en mi adolescencia creí que ellos eran quienes me habían engendrado.
Vaya mi sorpresa al descubrir que mi verdadero padre era Hugo Schiavone, uno de los hombres más poderosos en el mundo criminal y que él había embarazado a mi madre, una mujer de bajos recursos que le había servido en sus perversiones.
Mi madre al no tener a mi padre y no acudir a él por miedo de que me asesinara, me dejó abandonado en la puerta de un orfanato cuando apenas tenía un mes de nacido, un mes más tarde una familia rica de Londres me adoptó, no me quejaba, ellos me dieron una buena educación y siempre estuvieron ahí cuando más los necesite, sin embargo sólo eran apariencias, ellos realmente nunca me amaron y me lo dijeron el día en que los decepcione.
Ese fue uno de los momentos más oscuros de mi vida, donde estaba completamente perdido y no sabía qué hacer, la oscuridad me consumía y lo único que me mantenía a flote eran mi supuestos mejores amigos.
Comencé con la búsqueda de mi verdadera familia, y ahí fue cuando me di cuenta de que mi padre era uno de los criminales más buscados por la organización a la que servía y también a la que yo quería aspirar, la FEMR y la IISMFCMO estaban detrás de él, y al principio pensé dejar todo como estaba, pero cuando descubrí que uno de ellos se acostaba con mi novia y que el otro lo cubría, no pude evitar que la ira me consumiera y esa sangre criminal que cargaba por mi padre saliera a flote.
No supe cómo ni cuándo, pero logré contactar a mi padre, el indiscutidamente me abrió los abrazos y me acogió como su hijo después de una prueba de ADN, me comenzó a instruir en el mundo criminal mientras yo seguía siendo un soldado ejemplar en la FEMR, nadie sospechaba que el verdadero criminal estaba a su lado y que yo movía los hilos a favor de mi padre. Hugo me enseñó a cómo ser un verdadero criminal; lo que mi supuesto hermano había aprendido a lo largo de toda su vida yo lo aprendí en menos de 2 meses, pronto mi padre me presumía entre todos sus conocidos, me nombró como su más fiel hijo, por supuesto que todo quedaría a mi nombre heredándome su trono como líder de las mafias, o el rey.
