Capítulo 78.

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Locura

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Locura.

"En un amor loco, es mejor ser ridículo que aburrido." ~Marilyn Monroe


A veces la vida es tan maldita que nos da solo una pequeña probadita del futuro que podíamos haber tenido si no tomábamos una decisión. Nos muestra lo que pudo haber sido si no tomábamos ese tren o ese avión, lo que podríamos haber disfrutado si simplemente nos dedicábamos a disfrutar ese momento de felicidad eternamente.

Estaba acostumbrado a las perdidas, sabía que la vida muchas veces da patadas que son imposibles de predecir, patadas que remueven todo en tu interior y que te das cuenta de lo solo que te encuentras en el mundo. Pero todo habia sido diferente tras la llegada de Key, estaba completamente seguro de que sin importar que tuviese mil huracanes sobre mi cabeza, ella se mantendría a mi lado y pelearía con la misma fuerza que yo por nuestro amor.

Cuando la vida nos pone esos retos y nos da patadas que nos tumban en el vacío de la desesperación, es el único momento en el que nos podemos dar cuenta de la fortaleza que tenemos en nuestro interior, esa fortaleza que va a ser lo único que nos mantenga de pie, quizás sintamos que no tenemos ni la menor idea de lo que nos depara el futuro, pero si tenemos esta fortaleza nos ayudará a sobrevivir hasta que podamos regresar al lugar que amamos.

Había crecido con un gran rencor en mi corazón, un rencor que iba dirigido a mi supuestos padres, siempre había creído que me habían abandonado como si fuese un gatito mojado y dañado, sentía que me habían pateado en el punto más bajo de mi ser y habían pisoteado mi corazón como si no valiera nada. Pero de cierta forma sentía que todo ese rencor había desaparecido en el momento que me había enterado quién era mi verdadero padre.

Era el mismo hombre que había estado conmigo durante toda mi vida, quién se había presentado a los recitales que la academia de la FEMR nos obligaba a presentar para pasar desapercibidos frente a la sociedad, había sido el hombre que me había entrenado todas las tardes después de la academia y era mi mayor ejemplo de vida, quizás antes no lo conocía como mi padre, pero era mi tío y yo siempre lo había considerado un hombre fuerte y tenaz.

Mi padre, Era ese hombre que había estado conmigo durante cada momento difícil a lo largo de mi vida, había curado mi primera rodilla raspada y también habia estado cuando una bala me había atravesado por primera vez, había llorado mi adicción conmigo y habia buscado soluciones para regresarme al camino del bien. Siempre creí que lo había hecho porque era mi tío, quizás porque sentía que mi padre me había abandonado y él necesitaba tomar ese lugar, sin embargo el enterarme de la verdad todo cobraba sentido.

Al principio me había sentido completamente idiota, recordaba las veces que le había gritado diciéndole que él no tenía ningún derecho de decirme algo, todas las veces que lo había hecho sentir inferior por mi maldito problema de abandono, cuando lo había alejado en los momentos más difíciles de mi vida y donde le había dicho que prefería que él me abandonara a mi padre.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora