Declaración de guerra.
"En la vida tus sueños pueden no hacerse realidad, pero tarde o temprano una de tus pesadillas lo hará".~ Richard Jeni.
19 de Diciembre.
Londres, Inglaterra. 17:00 hrs.
Al contrario de lo que muchos piensan, yo siempre había creído en la idea de que todo mundo tenía un corazón malvado, todos estaban opacados por la vida y a veces perdían el completo sentido para ello, su corazón era tan malvado desde el nacimiento que ni siquiera les importaba dañar a personas que estaban a su alrededor, no les importaba pisotear a medio mundo con tal de estar completamente bien ellos y tampoco les importaba un comino si ocurría algo malo.
Yo no era de la creencia de que todos nacíamos bondadosos y éramos corrompidos por el mundo, por el contrario yo creía que todos nacíamos malvados, hasta el momento que conocí a la mujer de mi vida, la hermosa muñequita que era capaz de hacerme ver las estrellas con una simple sonrisa. Ella realmente había nacido bondadosa, no había ni un solo rastro de maldad en ella a pesar de que era la mujer más implacable del ejército y que tenía un pasado realmente doloroso.
Ella me había hecho creer que realmente la bondad en las personas sí era posible, que no todo mundo era malvado y que el amor podía hacer cosas realmente extrañas en cada uno de nosotros, ella me hacía volar con una simple sonrisa y me hacía sentir que toda mi vida estaba completamente bien.
Mi muñequita lo era todo para mí, ella era la fuerza que me ayudaba a levantarme cada mañana a pesar de que tuviésemos cientos de problemas encima, ella era la mujer que me hacía saber que no importaba cuántas veces cayera, siempre estaría ahí para ayudarme a levantar y brillar más fuerte que la estrella más brillante.
Toda mi vida había creído que la maldad se respiraba en el aire, pero gracias a ella había comprendido que sólo habían sido dos personas que realmente estaban dañadas, las que me habían hecho sufrir tanto, no todo el mundo era así y por supuesto, ella no era así. Mi muñequita era capaz de sacarme una sonrisa todo el tiempo y de hacerme sentir que mi vida estaba completa, la amaba como a nadie y no podía imaginar un universo en el que ella no existiera.
Realmente desde el momento en el que había comenzado el primer ataque hacia el presidente de la INTERPOL, supe que las cosas habían comenzado a joderse, quería correr a Croacia y encerrar a mi muñequita en una cajita de cristal para que nada ni nadie pudiera lastimarla, pero sabía que ella era tan necia que siempre correría el peligro y yo no era nadie para cortarle sus alas, lo único que podía hacer era protegerla y alentarla a seguir adelante.
Algo me decía en mi corazón que realmente necesitaría palabras de aliento, que todos las necesitaríamos porque cuando se comenzaba una guerra entre organizaciones militares y mafia lo único que existía era dolor, pérdida y muerte. Esas serán las malditas consecuencias de una guerra de cualquier índole, sabíamos que el ataque al instituto sólo había sido algo para llamar nuestra atención, claramente ellos querían que les dieran el crédito y aunque aún no conocíamos ni la mínima información de quién diablos se ocultaba tras una máscara, cuando lo descubriéramos estaba seguro de que todos lo asesinarían. Había arrebatado vidas de niños inocentes.
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Sólo tú. Mi dulce tormento.©
AçãoLa mujer salvaje se levanta como un fénix de las cenizas de su vida, para convertirse en la heroína de su propia leyenda - Shikoba . . . Un año y nueve meses desde el último adiós a Keylani, la mujer que se convirtió en leyenda, pero que por azares...