Capítulo 55.

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En la tormenta

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En la tormenta.


"Algunas personas caminan bajo la lluvia, otras simplemente se mojan. "~ Roger Miller.

Hay veces en la vida que te encuentras tan profundo en el pozo que ya es imposible subir o bajar más, tocas el punto final de todo el dolor qué parte tu corazón y te das cuenta que realmente no existe nada al final, esa paz que creíste haber sentido no era más que una simple ilusión de algo que tú habías ocultado durante toda tu vida.

Mi padre siempre me había dicho que ocultar las verdades podía traerme grandes consecuencias, podía ocultarlas de todas las personas, pero no podía ocultarlo de mí misma, incluso podía engañarme a mí misma con cientos de cosas, pero que tarde o temprano el peso de mis mentiras o las verdades ocultas me pondrían en el piso.

Siempre bien sido consciente de ello y por ese motivo había dejado de mentir, odiaba las mentiras porque no sólo era no decir la verdad o inventar algo para ocultar la verdad, era traicionar la confianza de las personas que amaba y realmente eso no me agradaba, ganarte la confianza de una persona es que vas a cuidarla y vas a procurar que su corazón no salga lastimado en ningún momento, la confianza es algo que debe existir en cualquier relación sino de amistad, familiar o amorosa, realmente debes de ser consciente que en tus manos tienes no solo el corazón alguien más, sino todo eso que realmente hace sentir a la otra persona bien.

Me había dado cuenta de que ocultar lo que me ocurría no era proteger a los demás, era dañar su confianza. Por ese motivo no importaba lo que mi corazón sintiera, siempre trataba de hablarlo para no guardarlo y además para que las personas que me querían supieran que realmente las quería y que no les mentía por ese preciso motivo.

A veces la vida nos pone pruebas que realmente nosotros no somos conscientes que estamos dentro de una de ellas, nos damos cuenta de que realmente no tenemos la fuerza que creíamos tener y eso es una verdadera mierda porque realmente nos vamos a saber el momento en el que la vida nos va a arrebatar a quienes amamos, pero cuando lo hace nos va a arrancar también un pedazo de nuestra alma.

Sin embargo realmente existen las mentiras que funcionan para proteger a las personas que amamos, pero son mentiras que van a dañar de una u otra forma la confianza de los demás, no importa el daño que sea, una mentira siempre va a herir, por este motivo mi madre siempre me decía que debía pensar cien veces antes de mentir, porque no solo heriría a la persona sino que perdería totalmente su confianza, por más que fuera para salvarla de algo para protegerla de mí misma, una mentira siempre hiere el alma.

El dolor de cuando pierdes a alguien realmente es grande, por qué tienes que obligarte a vivir sin esa persona durante el resto de tu vida, es un dolor entendible porque no estás preparado para ello y por más que creas que lo estás realmente jamás lo estarás, la vida no es así de sencilla como para hacernos olvidar o apagar un interruptor que borre nuestros recuerdos de la persona que perdimos, sin embargo, sólo nosotros podemos sanar esa herida y por más que queramos tener a las personas a nuestro alrededor sabemos que podemos convertirnos en monstruos.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora