Capítulo 22.

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"Después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida

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"Después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida." ~Mario Benedetti.

Código azul.

Cuando menos lo creemos la vida nos sorprende con varias cosas que jamás creímos poder tener, nos enseña que no importa los esquemas que tengamos por muy bien estructurados que estén, ella se va a encargar de hacer que todo se vaya a la mierda, porque le encanta jugar a hacernos perder la razón e incluso alucinar con un futuro sin nada de mierda.

Siempre estuve acostumbrado a las pérdidas, a saber que debía despedirme de las personas en todo momento porque no sabía qué día el destino decidiría asesinarme y mandar todo lo que tenía en mi vida a la mierda. pero también sabía que en el mundo en donde estaba metido, cualquier persona podía morir en cualquier instante, en el ejército no hay nada seguro sólo la muerte y sabes que puede salir a una misión un martes por la mañana y ese mismo martes en la noche ya no regresar a tu hogar.

Pero yo quería que esa regla fuera la excepción con Arniel, Keylani y yo, Arniel era mi hermano realmente no soportaría su pérdida porque habíamos estado juntos más de la mitad de nuestras vidas, habíamos compartido todo incluso nos habíamos enamorado de la misma chica, no sabíamos vueltos locos por la misma y habíamos bajado las estrellas por su felicidad.

Siempre me habían dicho que cuando te hiere alguien esa misma persona es la única capaz de sanar la herida, jamás creí que eso fuera algo real, creía que simplemente se debía alguna tontería del destino.

Odiaba los libros de literatura en donde los protagonistas eran dependientes del otro, siempre creí que eso era algo absurdo considerando que la muerte puede llegar en cualquier momento, y odiaba aún más cuando la persona que quedaba viva en alguna historia de amor era la que sufría más, no entendía el motivo por el que en no podían avanzar sí era tan fácil como volver a conocer a alguien que te hiciera sentir vivo.

¿El problema?

Cuando conoces a la persona indicada sabes que no hay forma de que nadie te vuelva a hacer sentir lo mismo, que es realmente difícil que tu corazón vuelva a alterarse en los niveles cósmicos que la persona a la que amabas te hacía sentir. Siempre había sido fiel creyente de que Romeo y Julieta eran la excepción más no la regla, cuando ella había desaparecido de mi vida realmente creí ser Romeo, mi vida dejó de tener sentido y realmente no le encontraba un solo motivo para poder continuar.

Keyli era el amor de mi vida o de mi existencia, pues no me imaginaba ni una sola vida que no fuera a su lado y ni siquiera estaba seguro de que existiesen otras vidas después de esta, pero si lo hacían yo quería vivir cada una al lado de esa hermosa mujer y estaba seguro que Arniel deseaba lo mismo. Keylani era la luz de nuestras vidas, una luz que se había apagado antes de tiempo y que nos había llevado a un profundo pozo del que nosotros no podíamos salir.

Cuando ella había muerto toda nuestra luz se había acabado, todos nuestros esfuerzos por superar su muerte habían sido en vano, pues incluso teniendo supuestas parejas no éramos capaces de pensar en alguien más que no fuera esa hermosa muñequita de ojos verdes, cuando tenía relaciones con esa mujer, con Maddison, realmente a quien me imaginaba era a mi preciosa muñequita, sólo teniéndola en mi mente era capaz alcanzar el orgasmo, antes ni siquiera lograba eso.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora