Capítulo 29.

190 21 35
                                    

"El dolor de separarse no es nada comparado a la alegría de reencontrarse" ~Charles Dickens

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"El dolor de separarse no es nada comparado a la alegría de reencontrarse" ~Charles Dickens.

Mi felicidad.


Muchas veces el amor es soltar a quién amas para que pueda ser feliz con la persona que ama, quizás suena tonto que ames a alguien que no te ama pero en realidad es tan común que todo mundo lo ha pasado, quizás esa persona te demuestra que eres correspondido pero tú sabes que esa persona ama a alguien en específico, alguien que tú jamás vas a poder reemplazar y que es la única felicidad que esa persona tiene.

Jamás pensé verme envuelto en un triángulo amoroso en el que tendría que competir con 2 hombres que estaban completamente enamorados de la mujer que yo quería, muchos dicen que debes de luchar por quien amas, pero no servía de nada luchar si ella no me amaba a mí, estaba completamente seguro de que lo que sentía ella por ellos era inigualable.

Yo podía verlo en sus ojos en sus ojitos verdes que brillaban más que cualquier estrella, cuando la conocí con sus ojos azules falsos yo pude ver que había algo de tristeza en su mirada, pero eso había cambiado la noche en que se habían encontrado en el bar y quizás debí relacionarlo con ellos pero yo lo relacioné porque en esa misma noche habíamos comenzado una relación, pero claro que era por el amor que tenía por ellos y no la juzgaba, cuando te enamoras de alguien de verdad, ves que todo a tu alrededor es único.

Pero ¿Por qué la entendía?

Porque al igual que ella, yo también había encontrado el amor de mi vida, la mujer que me había hecho a mí enloquecer y comportarme completamente como un loco lunático que estaba enamorado, no podía exigirle que me amara completamente si yo tampoco lo hacía con ella, nunca lo hablaba e incluso yo a veces trataba de olvidarlo, porque ella se había ido sin despedirse, sin decirme absolutamente nada y yo la había perdido para siempre.

Quizás por eso yo estaba acostumbrado a las pérdidas, porque la única mujer a la que había amado con toda mi alma se había ido y yo ni siquiera sabía a dónde, había dejado de buscarla en el momento que Venus llegó a mi vida y no lo niego realmente me enamoré de ella y sentía que mi vida podía ser a su lado, pero tampoco la obligaría a estar a mi lado cuando yo no podía entregarle todo mi corazón y cuando ella seguía amando a los hombres de su vida, quizás yo podía continuar con mi vida verla feliz desde lejos.

Quizás lo que debía hacer era hablar con ella y decirle lo que realmente sentía; porque sí, la quería y la amaba quizás, pero jamás podría entregarme completamente como esos dos hombres estaban dispuestos a darle todo, en mi corazón había alguien más y aunque esa persona fuera un fantasma, yo no podía entregarme completamente a ella, ella tenía que saberlo. Jamás se lo había contado porque no lo creía necesario, incluso yo pensaba engañarme a mí mismo para decir que podía tener una vida a su lado, podía entregarle el amor que ella merecía, pero era consciente de que ese amor yo no podía dárselo, porque yo ya había entregado todo a otra persona.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora