Capítulo 63.

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Chantaje

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Chantaje.

"La sangre es el precio de la victoria. "~ Carl von Clausewitz.


En la vida no es un determinado todo lo que puede ocurrir en un momento u otro, en realidad nunca sabemos si lo que estamos viviendo es temporal o permanente, si la tranquilidad por la que estamos atravesando permanecerá durante un par de días o quizás un par de décadas, porque la vida es así, tan impredecible que realmente no sabemos en el momento que todo se joderá y los esfuerzos realizados para tener una vida tranquila se irán por el caño.

Realmente siempre había odiado las historias con final feliz, sin embargo también había odiado siempre aquellas con un final trágico en el que los enamorados se sacrificaban para proteger al otro, quizás era algo hipócrita de mi parte considerando que yo me había sacrificado y había sacrificado mi vida para poder mantener a salvo a las personas que yo amaba.

El libro que más había odiado era Romeo y Julieta, me gustaba Shakespeare, ese trágico final era tan fantasioso como el felices para siempre y aunque en realidad jamás había tenido un género literario favorito, detestaba los dramas y los cliché con felices para siempre, pero todo cambió cuando conocí al amor de mi vida, con él quería que tuviésemos uno de esos finales en donde todo se convertía en magia y felicidad después del primer te amo, quería que todo se resolviera y pudiese vivir el amor con él, el amor que nos teníamos uno al otro.

Pero eso era algo prácticamente imposible considerando todo lo que estaba nuestro alrededor, cosas que se empeñan en jodernos la vida y que no podíamos hacer nada al respecto para cambiar ese destino o esas cosas qué ocurría en los momentos menos indicados. No podíamos encerrarnos en una isla para no vivir nada del dolor que el mundo exterior implicaba, sin embargo, estaba deseando que por primera vez la vida me escuchaste y me dice la tranquilidad que necesitaba para poder vivir al lado del hombre que amaba y del pequeño niño que consideraba mi hijo.

Pero la vida es caprichosa y claramente eso no me lo daría, me haría sufrir realmente y yo no podía hacer nada al respecto. Sabía que todo lo que habíamos enfrentado antes no se compararía con lo que estaba por ocurrir en ese momento, era como si algo nuevo en mi corazón se hubiese despertado y me alertara de todo lo que estaba a punto de estallar, las bombas que explotarían por la envidia y el deseo de poder.

Verdaderamente todo lo que ocurre en la vida era algo que estaba destinado a ser, todo lo que había en el nuestro alrededor yo era consciente de que realmente pase lo que pase siempre ocurriría algo que me haría reflexionar sobre lo vivido, y no existía una especie de amuleto para llamar a mi vida lo malo con mis pensamientos o de cierta forma con negatividad, pero toda mi vida había sido así, cuando disfrutaba de un momento de tranquilidad, sabía que estaba a nada de vivir en una tormenta.

Los periodos de felicidad normalmente eran más cortos que los períodos de tormenta, era como si la Primavera durase un par de semanas y el resto de año se convirtiese en un crudo invierno, eventualmente así como la calma llega también se va, así que no podemos hacer nada contra la naturaleza y menos contra un sentimiento que realmente es escaso en la vida.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora