Capítulo 94.

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*Este es el desmádrote, así que agárrense

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*Este es el desmádrote, así que agárrense.

Hasta mi último respirar.

"El hombre ha de fijar un final para la guerra. Si no fuera así, la guerra fijará un final para el hombre."~ John F. Kennedy

A veces la vida nos enseña que no importa lo que hagamos, no importa cuánto sacrifiquemos o cuando dolor debamos atravesar a lo largo de nuestra existencia, si algo está destinado a permanecer a pesar del tiempo, la ley de la vida es básica, no desaparecerá, así pasen miles de años o vidas, si algo está escrito, siempre sucederá.

Como seres humanos aprendemos a reaccionar a diferentes cosas que suceden en nuestro día a día, reacciones que son diferentes todo el tiempo, a veces reaccionamos en una sonrisa, un llanto o una mueca, o hacemos gran pancho por ello y aprendemos a superarlo rápidamente, sin embargo, también existen esas reacciones que nos hacen perder el control de nosotros mismos, convirtiéndonos en auténticos monstruos que no descansan hasta obtener lo que desean.

En la vida siempre nos encontraremos con diferentes cosas que de una u otra manera siempre nos harán sentir una inimaginable sensación de inseguridad, algo que nos hará trastabillarnos y hacernos perder el equilibrio que quizás nos esforzamos por años para conseguir, pero así es la vida, tan sórdida y oscura, tan dolorosa que es impredecible y tan dolorosa que siempre deja una marca en nuestra alma.

Jamás habia sido de suplicar al universo cosas, siempre había pensado que si querías algo, era tu obligación luchar por ello, no podías culpar a fuerzas invisibles de lo que sucediera o dejara de suceder, debías hacerte cargo de tus propias decisiones y de tu destino. Sin embargo, en ese momento en el que todo era una bola cargada de incertidumbre, lo único que podía hacer era suplicar al cielo para que me diera una oportunidad.

Si de algo me arrepentía era de no haberle dicho más veces a mi muñequita cuanto la amaba, por no haberla estrechado en mis brazos con más fervor y por haber tenido miedo de amarla desde un principio, negándome al compromiso que eso conllevaba. Me sentía un idiota, quería regresar el tiempo tres años atrás, cuando habia llegado por primera vez a la base Alpha y habia conocido a la implacable coronel Kim, pero no para repetir lo que habia ocurrido, sino para hacer las cosas bien, enfrentarme a Walter y no perder el tiempo para decirle a la mujer de mi existencia cuanto la amaba.

Yo queria regresar el tiempo para jalarme las orejas a mí mismo y hacerme entender que sin esa hermosa muñequita de preciosos ojos verdes, llenos de curiosidad y amor, era la mujer de mi vida, que debía amarla desde el principio, que no debía perder el tiempo en nada más. Sí, aunque sonase egoísta, también queria regresar el tiempo para que ella jamás se hubiese enamorado de mi ex mejor amigo, queria protegerla incluso de él y el dolor que le habia provocado en su corazón.

Queria cambiar tantas cosas, tantos momentos que nos habían llevado a esta ese punto, pero a la vez, no queria cambiar absolutamente nada, porque cada una de las situaciones que habíamos enfrentado me habían demostrado una cosa: No importaba donde, no importaba cuando y tampoco cuanto tiempo pasara, nuestro amor era tan fuerte que era capaz de mover montañas y destruir mundos.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora