Capítulo 46.

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Entre laureles

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Entre laureles.

"Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos."~ Pablo Neruda



*Los diálogos que se encuentren en cursiva, significan que hablan en otro idioma, en este capítulo es italiano.

La vida muchas veces nos pone en momentos donde tenemos que poner a prueba todo lo que hemos creído a lo largo de nuestra vida, momentos en los que realmente necesitamos saber en dónde estamos parados para no caer en lugares equivocados, pero hay otras veces que las estrellas alinean al ser humano y no es necesario seguir un orden para las cosas. Cuando esto pasa el ser humano y todo lo que ha estado imaginando por toda su vida, es en el momento en el que se lograron metas y donde se cumplen profecías.

Siempre había creído que mi padre tenía pequeños delirios en los que me contaba historias que realmente no podían ser ciertas, eran momentos en los que yo creía que él tenía un poco de lucidez pero siempre me contaba historias sobre las almas o las llamas gemelas, él siempre decía que la vida nos la pone cuando más la necesitamos, quizás nosotros no sepamos que la necesitamos en ese tiempo pero la vida sí que sabe el momento en el que no la va a poner al frente.

Otras veces aunque las busquemos hasta por debajo de la piedra, si no es el momento indicado jamás va a llegar, también me decía que podía hacer que alguien no tuviera un alma gemela y yo realmente tenía miedo de que ese alguien fuera yo. Aunque nunca había creído en las historias de amor, realmente quería tener a alguien a quien amar, a alguien a quien entregar mi corazón como lo había hecho mi padre con mi madre, aunque ella lo hubiese pisoteado, mi padre en sus pequeños momentos de lucidez no dejaba de decir lo mucho que la amaba.

La vida muchas veces se empeña en hacernos sufrir cuando estamos bien, eso era algo que también mi padre siempre me había dicho, siempre me había dicho que a veces a la vida le encanta hacernos ilusiones con lo que puede ser, para después arrebatarnos la de la forma más horrible que puede existir, muchas veces nosotros creemos que todo está completamente bien pero en realidad la vida sólo está planeando el momento de jodernos. Mi padre en sus pequeños momentos de lucidez siempre había sido un hombre sabio, siempre me había gustado que él realmente era un hombre respetable y sinceramente yo quería seguir su ejemplo, de amar a una sola mujer a pesar de que ella me pisoteara.

Pero estaba seguro de que mi muñequita no haría eso, por eso había decidido entregarme completamente a ella, porque sabía que cuidaría mi corazón como su más valiosa posesión, y sabía que mi mejor amigo también tenía ese pensamiento, ella no nos pisotearía y nos cuidaría completamente así como nosotros estábamos dispuestos de proteger su corazón y ponerlo en un pedestal para hacerlo feliz.

Nunca hablaba con mi padre, y trataba de no abordarlo en muchas conversaciones a pesar de que lo extrañaba, él había sido mi ejemplo durante toda mi infancia antes de que mi madre decidiera abandonarme en Londres, quizás para un niño yo no tenía tantos recuerdos sobre ese viejillo que me hacía feliz, pero realmente lo recordaba, lo guardaba en lo más profundo de mi corazón. tampoco hablaba de mi hermano, no, no Álex, sino de Dorian, mi hermano mayor, jamás hablaba de él porque realmente no importante en mi vida, sí era quien cuidaba mi padre pero también quien había sido un hijo de puta que lo había encerrado en una asilo y eso yo no se lo perdonaría nunca.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora