Capítulo 84.

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Amor de padres

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Amor de padres.

"Un padre nunca ve envejecer a sus hijos, y a sus ojos siempre se aparecen como aquellos niños que un día le miraban con veneración, convencidos de que tenía las repuestas a todos los enigmas del universo." ~CARLOS RUIZ ZAFÓN


La vida muchas veces se nos pone de cabeza cuando no estamos completamente aferrados a algo, es realmente complicado mantenernos flote cuando nuestro salvavidas se encuentra con un agujero justamente en el punto en donde se mantiene la estabilidad. Todo el mundo habla de que los baches en la vida son simple desperfectos que pueden superarse con un suspiro, pero no nos hablan de que a veces esos baches se vuelven tan profundos que es imposible saltarlos o rodearlos y la muerte es la única salida para ellos.

No me encontraba completamente segura de que mi vida estuviese tomando un buen ritmo, todo lo que siempre había tenido como certeza se estaba destruyendo de las formas más horribles que podía conocer, dolía como una jodida no poder hacer nada para sobrevivir en ese lugar en el que cada vez parecía un fondo más profundo.

No podía simplemente dejar pasar todo aquello que estaba dañando a mi vida y por más que lo deseaba realmente me era imposible. Sabía que los atentados que estaban realizando eran totalmente contra mí, estaban dañando a las personas que más amaba con tal de mantenerme a raya y quizás volverme vulnerable para poderme atacar cuando estuviese en punto más bajo, nunca había tenido miedo de ello porque yo sabía que al estar dentro de la milicia y quizás estando como candidata para ministro, esas cosas serían el pan de cada día.

Pero lo que me asustaba era no poder ser lo suficientemente fuerte para salvar a todas las personas que amaba; por primera vez todas las malditas pesadillas que me habían atormentado durante noches interminables parecían estar volviéndose realidad. Realmente tenía miedo a un día no ser lo suficientemente rápida y ver morir en mis brazos al hombre que amaba o ver a lo lejos a mis padres no sobrevivir a un ataque que iba dirigido a mí.

Ponerme como ministra había sido como colocarme un cartel en el cuello que decía dáñame, era claro que los ataques estaban siendo dirigidos hacia mí, podían ser cientos de mafias que tuviese en mi contra pero jamás nadie se atrevería a dañarme incluso estando dentro de la misma base, Schiavone había necesitado distraer a todos mis soldados para poder secuestrarme y llevar a cabo su maldito plan, pero la persona que estaba detrás de todo eso estaba siendo realmente valiente o estúpido, estaba atacando a plena luz del día y con cientos de hombres dispuestos a volar la cabeza a quién atacará su hogar.

Me estaban atacando de forma directa y era claro que era solo para dejarme en ridículo, quizás incluso podría deberse a que querían bajar mi popularidad como candidata para ministra, ellos sabían que si atormentaban a mi gente, sería imposible que me eligieran. No tenía idea de quién mierda podía estar detrás de todo eso, pero lo que sí sabía era que mis propios soldados habían vendido información o cosas referentes a nosotros. Ni siquiera sabía hasta qué punto los criminales tenían información sobre mi familia y sobre mí, pero era claro que estaban bien informados de todo lo que ocurría en nuestras vidas, tanto así que sabían un secreto que sólo pocas personas conocíamos.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora