Capítulo 82.

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"Para derrotar al villano tienes que ser mejor que él

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"Para derrotar al villano tienes que ser mejor que él."~ PAUL WESLEY

Corazón malvado.

Dicen que en la vida siempre encontraremos a dos tipos de personas, las primeras que nacen con un corazón tan bondadoso que ni siquiera por el más oscuro pasado logran corromperse, que siempre tienen una sonrisa en el rostro sin importar qué tan jodido sea el pasado y quizás no siempre son felices, pero tratan de serlo para estar bien con ellos mismos y con las personas que los rodean. Pero también existe un segundo grupo, esos que están jodidos desde el nacimiento y que sin importar una mierda, parece que están completamente hechos una basura en su interior.

Nacen siendo infelices y en su infelicidad tratan de joder la vida de todos los que los rodean, son personas que nacen con el corazón oscuro y opacado por todo lo que la vida les puso en su camino. Son malvadas desde niños hasta su muerte, tienen un corazón tan malditamente malvado, que no les importa sí dañan a los demás e incluso disfrutan causar un daño irremediable en las personas bondadosas.

La vida siempre pone obstáculos que a veces son difíciles de superar si no estamos completamente aferrados a nuestras convicciones y moralidad, nos es imposible superar el dolor que sentimos de vez en cuando y creemos que la oscuridad permanecerá en nuestras vidas por el resto de ellas, si no tenemos nuestras bases bien sentadas y no tenemos algo a lo que a aferrarnos, es realmente sencillo dejarse consumir por la maldad.

Hay personas que realmente disfrutan joder la vida de los demás, están pendientes de si el otro esta triunfado, simplemente por joder y no dejar ser feliz a quien realmente quiere esa felicidad, se amargan la vida buscando perjudicar a los demás y se vuelven personas insolentes, sin temor a nada y lo peor de todo, la infelicidad de los demás alimenta su maldito ego.

Después de lo que es Stefan me había hecho, realmente me había costado volver a confiar en las personas, no sólo si eran desconocidos sino incluso a aquellas personas a las que yo ya les tenía confianza antes de toda la maldita tortura a la que había sido sometida. Era malditamente jodido no poder ni siquiera confiar en mis padres, cuando ellos siempre me habían tendido su brazo y me habían protegido en su regazo, pero simplemente me había sido imposible poder confiar en alguien que no fuese yo misma, entre menos personas tuviera mi alrededor, menos personas tendrían la capacidad de dañarme.

Tuvieron que pasar por lo menos 3 años hasta que pude volver a confiar en alguien, pero una de las personas a las que le había confiado todo e incluso mi cuerpo y mi corazón, me había traicionado, el segundo se había quedado a mi lado y sostenido mi mano incluso en los momentos más difíciles. Sin embargo al ver esa fotografía mi corazón se había roto en mil pedazos con el simple hecho de imaginar que todo había sido un simple juego.

Siempre creí que entre menos personas estuvieran a mi alrededor menos oportunidades había de que saliera lastimada, por eso siempre seleccioné con sumo cuidado a las personas que permitía que estuvieran a mi lado, no me importaba si las conocía de años, necesitaba comprobar sus verdaderas intenciones conmigo, no quería que me volvieran a pisotear como lo habían hecho anteriormente, no quería que en la persona que confiara me secuestrará y me obligará a ver cómo abusaban de casi diez chicas, siempre con mi nombre en su maldita boca.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora