Capítulo 32.

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Ellos

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Ellos. 

"El corazón tiene razones que la razón ignora." ~Blaise Pascal.


Cuando menos lo pensamos la vida nos enseña que las cosas que creemos eran algo permanente realmente no lo son, pero no hablo de cosas buenas sino de cosas malas, creemos que la soledad jamás se va a acabar, o los problemas jamás van a desaparecer porque van a existir durante toda la vida, pero a veces la vida también nos regala pequeños momentos de felicidad y estos pequeños momentos a veces se extienden por varios años, por eso debemos tener la fe en que siempre vamos a tener un mejor día mañana.

Mi madre siempre me había dicho que a veces lo más inesperado es lo que se espera, porque estamos tan obsesionados por querer lograrlo, que no nos damos cuenta de las cosas que pasan en nuestro alrededor y que mágicamente la vida está acomodando las cosas para que esto qué esperamos ocurra en el momento más inesperado para nosotros.

Yo crecí en una casa llena de amor donde nos apoyábamos como familia y nos dábamos la mano a pesar de que estábamos rotos si llegábamos estarlo en el momento que alguien lo necesitaba, nosotros no nos abandonábamos en los momentos más difíciles, nos apoyábamos en caso de necesitarlo e incluso cuando no era necesario siempre estábamos ahí para la familia y eso mi madre nos lo había inculcado desde que éramos unos bebés, pues ella decía que si no nos apoyamos como familia nadie nos iba a apoyar.

Siempre había querido un lugar así al crecer, jamás lo había dicho porque no me gustaba que las personas supieran lo que yo quería, pero después de todo lo que me había pasado sabía que no debía seguir ocultando lo que anhelaba o deseaba, y mi sueño siempre había sido poder tener un hogar en donde alguien me amara y formáramos nuestro pequeño nidito de amor, otro de mis grandes sueños era poder ser mamá y aunque ese sabía que nunca lo lograría, siempre existen otras opciones a pesar de que me doliera en el alma no poder procrear un niño mío.

No pensaba ocultar más lo que mi corazón sentía por los dos hombres que me habían llenado de amor durante tanto tiempo, que a pesar de que habían transcurrido varios meses desde mi supuesta muerte, mi corazón los seguía amando como la primera vez que lo había sentido e incluso era un amor tan fuerte que no tenía comparación con lo que había sentido antes. me sentía tonta al pensar que podía tener una vida sin ellos porque en realidad eso no era verdadero.

En mi corazón llevaba tatuado sus nombres y ellos se habían asegurado veo ocuparlo tanto que a pesar de que yo sentía que Nick estaba en mi corazón, sólo era parte del porcentaje que ocupaba toda mi familia y amigos, porque ellos se habían encargado de sacar a patadas a cualquiera que intentara ocupar su lugar y mi corazón lo sabía, yo lo sabía.

Ellos se habían metido tan profundo en mi alma que era imposible poder amar a otra persona que no fueran ellos y yo no deseaba amar a nadie más yo los quería a ellos, quería que fueran los únicos en mi pasado, en mi presente y en mi futuro, no quería ni elegía a nadie más sólo a ellos, siempre habían sido ellos; desde el primer momento que ambos tocaron mi corazón fue como si mi vida de repente comenzara a tener el sentido que yo siempre había estado buscando. Me di cuenta que eso que sentía que me faltaba cuando era adolescente eran ellos, que esa parte que me hacía sentir incompleta era por ellos, porque ellos necesitaban llegar a mi vida para enseñarme lo que era en realidad amar y enseñarme lo que mi corazón podía dar.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora