Capítulo 47.

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Italia

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Italia.

"El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce." ~Eduard Thomas


Cuando somos pequeños la vida nos pone a personas que nos hacen entender el mundo, personas que toman nuestra mano en la oscuridad y que nos guían a la luz, personas que nos cuentan cuentos cuando sentimos que no podemos dormir y que nos dan chocolates para calmar nuestro llanto, personas que nos abrazan cuando sentimos frío y que nos arropan cuando estamos durmiendo. Esas personas son nuestros padres y aunque algunos tenemos más suerte que otros, siempre tendremos una figura que nos hará creer que son nuestros padres.

Mis padres habían sido los mejores para mí, realmente me sentía afortunada de tenerlos como mis padres, porque ellos estaban ahí cuando tenía rodillas raspadas, pero también cuando tenía miedo a la oscuridad e iba corriendo a su habitación para refugiarme del monstruo que era inexistente en mi habitación, pero que yo creaba en mi mente infantil.

Mis padres siempre me habían alentado en todo momento, me contaban mágicas historias donde el amor siempre triunfaba y me habían enseñado que ese era el valor más grande que el ser humano puede tener, para mí, mis padres lo eran todo y no me imaginaba una vida sin ellos, realmente no sabía cómo podría vivir si en algún momento a ellos les llegase a pasar algo en alguna misión, yo realmente sentía que no podía vivir si ellos no estaban a mi lado.

Pero muchas veces los padres como con Conall, son unos hijos de puta que no quieren hijos pero que los tienen por dinero o por conveniencia, eso era algo que realmente me molestaba, era inconcebible que trataran mal a un niño que no tenía la culpa de haber nacido y aunque no conocía la historia familiar de ninguno de los dos, podía imaginarme que ambos habían sufrido maltrato por sus padres.

Arniel sólo había mencionado una vez a su padre lo había mencionado como un hombre bueno por lo que sabía que él tenía un buen padre pero una pésima madre, Conall era algo parecido, pero para el ambos padres eran nefastos que solo lo habían dado a luz por un tonto título real. Sabía que ambos habían sufrido abandono cuando eran pequeños, eso sí me lo habían contado en uno de los días que habíamos estado juntos antes de mi desaparición, ellos se habían conocido porque ambos estaban casi perdidos en un parque y podía imaginar a los 2 pequeñines tratando de encontrar a su familia.

Aunque, Arniel casi no mencionaba a su padre, en cuanto desperté y vi sus ojos llorosos supe que algo andaba mal, quizás era que los conocía demasiado bien como para saber que sus expresiones eran de tristeza o felicidad, pero los conocía y sabía cuándo en su alma había demasiado dolor. Así que en cuanto lo vi supe que algo andaba mal, no era difícil de adivinar.

Cuando supe que se trataba de su padre, sabía que sería algo muy difícil de procesar para él pero jamás imaginé que le habían llamado para decirle que le quedaba poco tiempo de vida, incluso si no hubiese sido por Conall, jamás habría sabido que su padre seguía con vida, pues en cierto punto yo creí que él estaba muerto.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora