Capítulo 79.

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Cambio de planes

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Cambio de planes.

"La distancia no es un problema. El problema somos los humanos, que no sabemos amar sin tocar, sin ver o sin escuchar. Y el amor se siente con el corazón, no con el cuerpo."~ Gabriel García Márquez

A veces debemos aprender a afrontar nuestro pasado, debemos poner la cara en alto y una sonrisa para que nadie note el daño que nos han causado. Debemos afrontar todo aquello que nos dañó de una u otra forma y tratar de no caer ante el dolor que es provocado por los malditos fantasmas del pasado.

No podemos borrar el dolor que sentimos, no podemos simplemente hacer como si nada de lo que ocurrió nos afectara, pero sí que podemos continuar y pararle frente si regresa. Las cosas salen de nuestras manos la mayoría de las veces en nuestra vida, es imposible que el pasado no nos atormente y el futuro no nos aseche, pero así es la vida y pase lo que pase debemos ser capaces de afrontarlo.

Conall había llegado como un respiró a mi vida, habia llegado a tomar mi mano para que yo misma pudiera enfrentar a los demonios de mi pasado. A él no le importaba si era defectuosa, a sus ojos yo era perfecta y aunque tenía defectos él me enseñaba a amarlos y a atesorarlos como a cada una de mis virtudes. Conall era el hombre que me impulsaba, el que tomaba mi mano y no me dejaba caer aunque a él le costara sostenerme.

Lo amaba y realmente no me importaba absolutamente nada más, sólo deseaba que ambos pudiéramos amarnos, cuidarnos y tomar la mano del otro por el resto de la eternidad.

Sólo habían pasado dos semanas desde que nos habíamos visto obligados a separarnos para cada uno cumplir las obligaciones que teníamos como agentes, dos semanas de estar lejos y nos estábamos volviendo completamente locos, al contrario de lo que creíamos, habíamos logrado tener una comunicación demasiado eficiente con los bloqueos de Archie, pero parecía que no era suficiente.

Hablábamos todas las noches como locos enamorados, hasta que yo me quedaba completamente dormida con su voz y el decidía que era hora de regresar al trabajo, la diferencia de horario era un asco, pero lo manejábamos a la perfección. Nos hospedábamos en uno de los hoteles de mayor lujo de Croacia, un hotel tan perfecto que parecía sacado de un cuento de hadas, si no fuese porque estábamos en una misión de suma importancia, disfrutaría de las preciosas vistas.

Mis padres se hacían pasar por mis socios, yo fingía ser Tess, la actriz más influyente de Hollywood, ella era arrogante por sí misma, algo que me ayudaba a no tener que entablar conversaciones de más de dos minutos cuando todos los psicópatas enfermos hacían sus reuniones en una enorme mansión en medio del bosque, lejos de todo.

No podíamos investigar mucho, pero en lo poco que nos reuníamos con los malditos psicópatas a cargo de la caza, nos dábamos cuenta de demasiadas cosas que pasaban desapercibidas de todos los demás, para personas comunes que no tenían mucho conocimiento de los pequeños detalles que caracterizaban a los organizadores como unos malditos hijos de puta.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora