Capítulo 43.

208 20 15
                                    

¿Esposos?

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¿Esposos?.

"Hay una sola forma de felicidad en la vida: amar y ser amado"~ George Sand

A veces pensamos que en la oscuridad que está en nuestras vidas durará para siempre, y cuando lo menos lo esperamos nos damos cuenta de que frente a nosotros tenemos la luz de salida y es una luz tan brillante que no se apagará fácilmente, y muchas veces es tan grande que es imposible apagarla con un solo soplido, es tan fuerte que ni terremoto es capaz de agotarla.

Toda mi vida había caminado en la oscuridad sin darme cuenta, sin embargo, me gustaba tener planes completamente estructurados y tener resguardos en caso de que el principal fallara, siempre habia tenido una esquematización en mi vida e improvisar era mi último recurso, quizás de esa manera era como había logrado todo lo que tenía en ese momento, era una general del ejército más poderoso sobre la Tierra, no era la modelito que todos creían, yo me valía por mí misma y lograba avanzar sin tener que jugar sucio.

Siempre había sido alguien que se valía por sí misma, incluso desde pequeña mi madre siempre había dicho que yo era demasiado independiente, quizás eso era algo que había heredado de ella y por ese motivo sentía que no necesitaba la ayuda de nadie para ser feliz, sólo me necesitaba a mí y eso estaba bien hasta cierto punto, porque aunque seamos independientes, hay veces en la vida que realmente necesitamos un abrazo de alguien o una palabra de cariño que nos haga sentir vivos.

Mi papá siempre había dicho que era caprichosa, pero que esa era una buena virtud en mí, pues todo lo que yo quería lo conseguía gracias a mis caprichos, no eran caprichos en los que me tiraba al suelo a chillar, eran caprichos en donde me exigía a mí misma superar cada uno de los retos y superarme a mí misma a cada segundo. Eran caprichos en donde yo no me tiraba al suelo a llorar, me creaba mis propias estrategias y lograba alcanzar las metas que quería.

Pero con ellos, me gustaba ser caprichosa de todas las maneras posibles, me gustaba hacer pucheros o pedir helado a las 3:00 de la mañana, me gustaba que me consintieran a cada instante y que me dejaran ver la película que yo quisiera, ellos sabían cómo consentirme y eso me encantaba a pesar de que jamás había deseado que alguien hiciera eso por mí.

Para mí ellos se habían convertido en mi todo, eran esa luz al final del camino que había encontrado y que me había hecho sentir viva después de transitar durante años en la oscuridad, jamás había creído en las historias de amor pues pensaba que eran realmente tontas, sólo la de mis padres había funcionado para mí, pero cuando los conocí a ellos realmente quería que esos tontos cliché se volvieran realidad, quería tener ese par para toda la vida a mi lado, quería que fueran mis buenos días y mis buenas noches, los hombres que viera al despertar y al dormir. Ya no tenía miedo de atarme a álguienes, como lo habia dicho Nick.

Yo realmente ya no tenía miedo a amar, lanzarme al mar tormentoso porque sabía que ellos serían mi ancla, que me mantendrían cerca de la orilla y sujetarían con fuerza para evitar que naufragara, y que en caso de naufragar, ellos se asegurarían de construirme una hermosa cabaña en una isla desierta. Los amaba y realmente quería todo con ellos, verlos frente de mi se resumía a todo lo que habíamos atravesado por toda nuestra vida como relación.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora