Chapter 21

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-¿Que? ¿No huelen igual?

El suelta una pequeña risa.

-Por favor, salve a Victoria, aunque no sea ella, la persona que ocupa su cuerpo, se ha encargado de vengar muy bien su muerte.

Xion es...mejor de lo que pensaba.

No parece preocuparle que esa asesina ocupe el cuerpo de su hermana.

¿Y que hay de mí? ¿Se habrá enterado que no soy Valentine?

Pero si le pregunto...

-¿Ocurre algo?-pregunta preocupado.

-¿Como sabes que no es tu hermana?

-El alma de mi hermana olía a Lirios, y el esa persona huele a Violetas.

Si el hubiese conocido al Valentine de antes, quizás me hubiese atrapado.

Suspiro.

-Su alteza, ¿Quiere saber a qué huele?

-Creí que no lo sabías.

-No se como huele ese poder que tiene, pero si el de su alma.

Me cruzo de brazos.

-Por esa razón preguntaste si me había echado perfume.

-Jazmin.

¿Mm?

-Estoy seguro que nunca olvidaré ese olor.

Sus ojos cálidos miran los míos, evitó su mirada.

Creo un portal ignorando esas palabras cursis. Me levanto, estiro mi mano hacia el moreno.

-Vamos.

Su cara se pone pálida.

-Estas conmigo, si afirmas mi mano, ya no tendrás miedo.

Su vista se dirige al portal.

-Confiaré en su alteza.

El sujeta mi mano cerrando sus ojos.

-Imagina que estamos pasando una puerta.

Lo acompaño al portal, entrando juntos, el nervioso y con sus ojos cerrados, y yo, sonriendo por lo lindo que se ve.

-¡Su Alteza!

Interrumpes el momento niña.

Le miro, su hermano abre los ojos y se le acerca abrazándola.

-Victoria-llama Xion.

El marqués me saluda con respeto.

-Su alteza Valentine.

Mis ojos se dirigen al sacerdote con la bola blanca en una mesilla.

¿Es ese el artefacto?

-Su alteza, esa persona me obligó a poner mi mano en esa cosa-dice Victoria.

Me le acerco al hombre vestido de ropas blancas.

-Anciano, ¿Es verdad lo que dice?

-Su Alteza Valentine...

-Victoria es uno de mis asistentes más cercanos, ¿Crees que ella te haría caso sin mi permiso? ¿Con que derecho osas obligar a mi asistente a tocar tus artilugios?

-¡Esa es mujer no es la señorita Victoria su alteza!

Golpeo la mesa que está a mi lado fuertemente.

-¿Cómo te atreves a gritarme? ¿Quieres morir quemado? Porque no me costaría nada hacerlo.

El sacerdote retrocede.

El plan de escape del hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora