Chapter 34

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La taza de café en mis manos está caliente pero no tanto como mi rostro, el sujeto de escamas peina su cabello verde diciendo lo fuerte que es mi novio.

Está muy equivocado en ese sentido.

-No somos novios-decimos ambos.

Los ojos verdes miran entre Asmodeo y yo.

-¿No lo son?

Rass escupe en el suelo cerca de los zapatos de Asmodeo.

-Y pobre de tí que lo intentes, así que, pierdete gusano asqueroso.

-¿Por qué tanto odio sacerdote? ¿No debería ser una buena persona? ¿O su religión es todo lo contrario?

-Carajo como molestas.

Oh, ahora que escucho su discusión busco por mi cuerpo a la serpiente, al preguntar por ella, Hayun y Rass dirigen sus miradas hacia el Demonio.

-¿Era tuya? La convertí en pólvora.

Ah...es una pena, me siento mal por la serpiente fallecida.

-No pongas esa expresión.

-Mataste a mi serpiente.

¿Que expresión quiere que ponga?

-Era un espía de ese sacerdote.

¿Un espía? ¿Eso quiere decir que el sacerdote está al tanto de mi situación?

Le doy un sorbo a mi taza esperando que Asmodeo termine de hacer la comida, mis ojos no evitan mirar al Demonio que tiene un sartén en la mano.

Es habiloso.

-¿Que harás?-le pregunto.

-Una sorpresa.

No me dirá.

Sea lo que sea, se ve rico.

Rass da vueltas los ojos sentándose con irritación al lado de Gring. Hayun lo observa un buen rato, hasta sentarse entremedio de ambos.

-¿Hablaste con Ludwing?-pregunta Hayun.

-Si.

-¿Aún no puede descansar?

Mientras la iglesia exista, no podrá descansar nunca, por lo menos, es lo que me dió a entender.

Es una pena estar encerrado y querer venganza.

Asmodeo apaga el fuego, y su arroz con la carne salteada, me es servida en un plato. El se sienta a mi lado, dándome un bocado en la boca.

Está caliente, pero muy rico.

-Ese idiota debe estar enojado-contesta Asmodeo a la pregunta de Rass.

-No te hablo a ti.

Asmodeo se lame los labios con maldad.

-Escuché un rumor en el Inframundo.

Rass se queda estático hasta preguntar que rumor es con una torpes legible.

¿Por qué tan nervioso?

El Demonio observa a Hayun para reírse en voz baja.

-¿Así que era el?-susurra.

Rass se levanta tomando la mano de Hayun.

-¿Que te pasa?-pregunta el pequeño al ser tirado a la salida.

-Falta...comida, mmm, ve con Gring.

Gring niega su cabeza.

-No siempre voy a salvarte Rass.

El plan de escape del hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora