La taza de café en mis manos ya está fría y mi mirada sigue sin despegarse del árbol torcido.
Me estoy volviendo loco.
Mi mente no ha parado de pensar en todo lo que he vivido, y lo que he compartido con el Demonio.
Además anoche me enteré que los abuelos no están muertos, y que no eran pareja.
Ambos eran hermanos.
Los mismos sujetos que ví en la habitación de Asmodeo.
Quién, no me dijo la verdad.
Por su culpa ahora estoy siendo perseguido por una bruja abandona hijos y una dragona de un bosque encantado.
-Quiero matarlo-susurro.
Ese maldito perro bastardo malparido...
Podía haberme dicho desde el principio que no era Nikolay y haber evitado que esa bruja nos haya visto besarnos.
Los abuelos no habrían muerto y yo no estaría aquí.
-Lo despedazaré.
Lavier se encoge en la esquina de la habitación.
¿Hace cuánto está en el piso?
-Ah...no estoy hablando sobre despedazarte a tí...es otra persona...
No parece creerme.
Suspiro.
Victoria salió a investigar este lugar junto con el gato negro.
Y yo...estoy de niñero.
-¿No...eres...un...ángel?-pregunta a lo bajo.
Me apunto con mi dedo y una expresión de ofendido.
-¿Realmente piensas eso de mí?
Ay dios no...
-Oye, dijiste que eras un príncipe, ¿No? Eres el hijo de Ulises, ¿Verdad?
Su cabeza se agacha con vergüenza.
-Si...señor...
¿Por qué siento que le estoy inculcando miedo a este mocoso?
-¿Que edad tienes?
-Este año cumplo 20.
-¿Eres hijo único?
-No señor, soy el cuarto principe de 15 príncipes...
¿Que?
-Diablos...¿No tenía televisión?
-¿Tele...de que está...?
-Ignoralo, ¿Creí que tenía uno?
-Soy el único reconocido, y el heredero al trono.
-Escuché que eras un bastardo.
El evita mi mirada.
-Eso...fuí un error de una noche...
Está triste.
-Hey, no llores, por algo te reconoció como principe heredero.
-No lloraré, además me eligió porque tengo los mismos ojos que su difunto hermano.
Oh...
-Esta obsesionado, y la culpa lo carcome cada día, a veces dice que sigue en el palacio, en sus pesadillas y en su vida, que no lo deja vivir en paz.
Bueno... mató a su hermano ciego, ¿Que quiere? ¿Amor fantasmal?
Los ojos de color lila observan los míos.
-¿Dónde queda tu palacio?
-¿Mm? ¿Por qué...?
-Necesito hospedaje.
No quiero seguir estafando con monedas de cobre pintadas con magia.
El chico se levanta de inmediato, ¿Acaba de tomar valor?
-Le daré el mejor hospedaje, y la mejor comida, pero...por favor, déjeme vivir.
Asiento con la cabeza.
De todas formas lo iba a dejar vivir, solo que borraré su memoria.
-El palacio, queda cerca del bosque de las penumbras.
Oh...genial.
-Y de la iglesia, lamentablemente...
Eso no es genial.
Lavier nota mi mirada fría pidiéndome perdón por algo que no ha hecho.
Comienzo a pensar que soy visto como un villano.
Los magos de rangos menores también eran así, hablándome con timidez y bajando la cabeza como polluelos.
Igual era genial verlos así.
Un portal aparece a nuestro lado, de el sale Blake y Victoria.
-¿Y bien?
El gato maulla estirando su cuerpo en el piso con flojera.
Me gusta su vida, quiero aprender a convertirme en un animal.
-Aún sigue igual, lo único que cambió fue la llegada de un nuevo Imperio y la desaparición de un Reino.
Lavier me mira.
-Ese...es Russewel, el Imperio que alguna vez gobernaré-el se ríe-si es que no me matan antes.
-Ja, tíralo de chiste.
Su cuerpo estaba apunto de morir si no fuera por mis maravillosos poderes.
Victoria me muestra un periódico.
'La princesa Julia arruina su compromiso'
¿Se iba a casar?
Le quito el diario, Vic me pregunta porqué tanta curiosidad.
Si, ¿Por qué tengo tanta curiosidad? Ella no me importa, me abandonó y ni siquiera tuvo las agallas de dejarme con mi Maestro. ¿Por qué estoy tan interesado en esta noticia?
Aprieto el periódico respirando hondo.
Olvídalo Valentine, no veniste a este lugar por ella.
-¿No lo ves?-pregunta Blake-es el hijo de Julia.
Gato entrometido.
Lavier se sorprende.
-Entonces...eres el heredero al trono.
-No lo soy-afirmo-puede que sea su hijo biológicamente, pero mi madre no es.
Es un nombre muy grande para una persona cobarde.
-¿Ella fue quién te abandonó en ese orfanato?-pregunta Victoria.
La apunto con el periódico.
-Exacto, eres una buena asesina.
Investigó a su víctima desde su nacimiento.
-Disculpa pero...¿Puedo decir algo?
-Adelante.
-Tu madre es una perra-dice y yo me río-puede que tenga sus razones, pero si estuviera en su lugar, le daría mi hijo a su padre y les pediría a ambos que se fueran, o incluso, podría irme con ellos a un lugar lejano. Si Julia te pudo dejar en ese mundo, ¿Por qué no se quedó ella? Eso, es egoísmo, pensó en si misma, y no, en el daño sentimental de su hijo.
Blake se lame sus uñas, sacando las garras.
-¿La degollamos?
Que peligrosa idea acabas de tener.
Lavier alza su mano.
-Emm...la princesa Julia no puede salir del Imperio.
-Lo sé, me pidió que la salvara.
-Ja, más encima-escupe Victoria.
Da igual, no iré por esa mujer.
Ni pienso pisar ese Imperio.
-Los rumores dijieron que tuvo un aborto, y que después eso...perdió sus poderes.
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El plan de escape del hermano menor
FantasyOlvídalo loco. No me quedaré a ser asesinado o a intentar cambiar al protagonista masculino. Así que... Cómo dice el corazón en la maleta. ¡Y yo me voy! ¡Adiós, me fuí! ¡Y no me importa! Quedense con el cliché de porquería que creé. Prefiero irme...