Valentine
Sigo sentado en el sillón, intenté comunicarme con Victoria o con Lenox, lamentablemente me dice que no hay cobertura.
Ni que fuera una telefonía móvil.
La Demonia solo se ha dedicado a sonreírme de manera extraña, se que ella sabe algo, aunque no quiera decirmelo.
Asmodeo brilla por su ausencia.
Otra vez.
-Mierda...-murmuro.
-¿Quieres hacer un contrato conmigo?
-No.
Su sonrisa falsa se quiebra al escuchar mi respuesta.
-¿Estás seguro? Si hacemos un contrato, podrías tener muchos beneficios chico.
La ignoro cerrando los ojos.
Dormiré un rato, de todas formas lo que me habla es innecesario.
-El demonio te dejará.
Los abro, dándole una mirada fría.
-Tal como lo hizo en el pasado.
-Sigues diciendo estupideces...
-No lo son, ¿Por qué no le cuentas Ludwing? Por tí también sintió algo.
A mi lado Ludwing se muestra indefenso, hundiendo su rostro en sus rodillas.
-No quiero hablar...
-Fue capaz de abandonarme por este mocoso.
-¡Intentaste matarme!-grita al mirarla.
-No tuve que haberlo hecho, al fin y al cabo, tu gente cercana se encargó de eso jajajaja.
Los dientes de Ludwing se aprietan con fuerza.
-Calma-le toco su cabello azabache, el se quita la venda de sus ojos galácticos.
-Mira mis ojos, recuerdalos porfavor, porque alguien me los robó.
-¿Que?
-Alguien profanó mi cuerpo y robo mis ojos. Valentine, ayúdame a encontrarlos, eres...con el único que puedo contar.
Oh...
-¿No quieres nada más?
-¿Eh?
Joder, se me salió.
-Dejalo, yo los encontraré por ti.
-¿Que planeas Ludwing? ¿Para que necesitas tu cuerpo?
Los ojos galácticos viajan entre la Demonia y yo.
-Quiero salvar a alguien-me mira profundamente-cuando esa persona muera, quiero dejarle un escapé...
Es un buen chico.
¿Quien será esa persona?
-¡Autor! ¡Adivina lo que encontré...! ¿Eh? ¿Y ese niño tan guapo?-Victoria mira a Ludwing y luego los papeles en su mano-¿Es el hijo del principe Ludwing? Se parecen...pero el no tuvo hijos...-ella da un paso hacia atrás-¡Un fantasma! ¡Cuidado su alteza!
Me río mientras Ludwing coloca su venda en sus ojos.
-Adiós Valentine.
-¡No te vayas encontré algo tuyo!-grita victoria-quítate la venda, encontré unas joyas como el color de tus ojos en la habitación del Obispo.
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El plan de escape del hermano menor
FantasyOlvídalo loco. No me quedaré a ser asesinado o a intentar cambiar al protagonista masculino. Así que... Cómo dice el corazón en la maleta. ¡Y yo me voy! ¡Adiós, me fuí! ¡Y no me importa! Quedense con el cliché de porquería que creé. Prefiero irme...