Al final me acabé masturbando.
No entraré en detalles, aún tengo vergüenza por lo que hice hace un momento.
Ahora estoy comiendo la comida hecha por Asmodeo, sintiendo un arrepentimiento en mi corazón por haberlo echado de la habitación.
-Fuí un idiota.
Mi mente pregunta a qué hora volverá, y si es que vuelve.
Aún tengo cosas con las que hablar con el, además, no me siento seguro sabiendo que la cabeza de cebolla puede ser un Demonio, o posiblemente un Ángel.
Cualquiera de las dos razas son peligrosos para mí. No quiero ser usado ni quiero ser entregado a Dios.
-¿Debería bajar al sótano?
La sola idea me aterroriza.
-Pero no tengo nada que hacer.
Solo pensar y pensar en mi Demonio lindo.
Golpeo mi rostro.
-¡Despierta maldito esquizofrénico!
Iré, de todas formas, ¿Que podría pasar?
...
Esto fue una mala idea.
Siento que las veces que actuó por impulso siempre salen mal.
Concentro mi poder de agua en mi mano derecha, esperando que la persona frente a mí intenté un movimiento sospechoso.
El sujeto de cabellos cortos azabache, me observa con esos ojos azules claros. Su vista se dirige a mi mano.
-Mal-menciona.
¿Que estoy haciendo mal?
-Necesitas tu cuerpo.
Retrocedo.
El sabe cosas.
-Ya que perdiste tu antiguo cuerpo, debes morir para usar el de tu alma, gema preciosa.
¿Quien es este tipo?
-Y deshacerte del parásito en tu alma.
Ludwing aparece a mi lado, poniéndose en frente, cubriendo mi vista del sujeto extraño.
-Anciano, ¿No debería estar en los brazos de su amante?-pregunta Ludwing con burla.
-Niño, deja a la piedra y ve al cielo antes que pierdas cualquier oportunidad de renacer.
Me muevo para ver la expresión de Ludwing, quien sonríe fríamente.
-Incluso si no logro renacer, no dejaré ir este rencor en mi corazón.
Es comprensible, lo mataron manipulando a su hermano menor, también dejaron su alma encerrada siglos en una piedra. Sin decir que perdió todo poder que alguna vez tuvo.
El quiere venganza.
Y puede que sea la única forma de hacerlo descansar.
No te preocupes Ludwing, yo lo haré en tu lugar, a pesar de que no me ha dicho la verdad.
El sujeto me mira.
-Tu destino, es el mismo que el de Ludwing, serás abandonado por la persona que amas, y asesinado por la que menos esperas.
Lo veo desaparecer mientras Ludwing aprieta sus dientes con rabia.
-Ludwing-llamo.
-Ten cuidado-dice.
-¿Por ese hombre?
-Aunque no lo creas, ese ángel, es el mensajero de Dios, además la mano derecha de Lucifer.
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El plan de escape del hermano menor
FantasyOlvídalo loco. No me quedaré a ser asesinado o a intentar cambiar al protagonista masculino. Así que... Cómo dice el corazón en la maleta. ¡Y yo me voy! ¡Adiós, me fuí! ¡Y no me importa! Quedense con el cliché de porquería que creé. Prefiero irme...