Chapter 52

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Mi mente no ha parado de dar vueltas desde que acepte que efectivamente soy la piedra, y Julia, a pesar de que se lo dije, solo se fue diciéndome que esperé a Ludwing.

Suspiro sujetando el largo abrigo azul a en mis hombros.

Para mí, Ludwing es alguien que sufrió mucho y que solo desea venganza a través de mí.

El pudo haberme dicho antes que yo era la tan añorada piedra celestial.

¿Mm?

Momento.

¿No me pondría eso en problemas?

Soy la piedra de Dios que perdió, si el me atrapa o algún demonio lo hace...

Golpeo mis mejillas.

-No hables tonterías, nadie te robará.

-¿A quien no van a robar?-pregunta una voz gruesa a mi lado.

Mi corazón late con locura.

-Aléjate, espantas-muevo mi mano en el aire, pero Asmodeo la agarra-¿Que...?

Lo veo besar mi mano para luego verme a los ojos.

-¿Estás bien?

-Eso...¿Creo? ¿A qué viene tu pregunta...?

-Tu madre, escuché que te rechazó.

Ah...

Retiro mi mano y tapo mi boca riéndome.

-A veces eres lindo-suelto.

Asmodeo suspira retrocediendo hacia la cama, se quita su abrigo y la camisa de a poco. Yo elijo evitar mirarlo, se que lo hace con otras intenciones.

-Estoy bien-contesto a su pregunta-mi corazón estaba preparado para enfrentar a Julia.

-Mentiroso-le miro-esperabas por lo menos...una muestra.

¿Soy tan transparente a sus ojos?

Camino hacia el ayudándolo a desabotonar su camisa negra.

-¿Tendremos sexo?-pregunto sonriente-puedo quitarte lo de abajo...

El se ríe, pero al ver su cabeza negar mi sonrisa desaparece.

-Tengo que ir a un lugar, cambiaré mi camisa por otra.

Ah...

Apuesto a que irá a divertirse.

-Mm...-me alejo-buena suerte.

El parpadea varias veces hasta preguntarme a dónde voy.

-A ver a mi moreno.

Su mandíbula se aprieta y su sonrisa forzada es visible en su rostro.

-Estoy bromeando, el llegará a la noche.

Los ojos rubíes se tornan peligrosos.

-¿Solo el?

-Vendrá Victoria también.

Asmodeo se me acerca oliendo mi cuello de repente. ¿Que diablos le pasa?

-¿Y ahora? ¿A dónde te diriges?

Sujeto sus brazos intentando alejarlo de mi, yo no puedo ir más hacia atrás o me presionará hacia la puerta. La respiración cercana me hace temblar y su lengua recorre mi piel desnuda.

-Es...espera...

No es momento para hacer este tipo de cosas, la reunión con los nobles será pronto y vendrán a buscarme.

-Pa..ra...

Dirigo mis manos hacia su pecho cuando ya me ha presionado a la puerta, mi toque parece gustarle porque empieza a morder y succionar mi hombro derecho. Sus manos traviesas desabotona unos de mis primeros botones.

-Ahm...-suelto un pequeño gemido inconsciente.

¿Por qué ahora se siente mucho mejor que antes? ¿Tanto anhelaba su toque?

-Tengo...que ir...

-¿A quien tienes que ir a ver con tanta urgencia?-pregunta cerca de mis labios.

-Reunión...déjame...¡Ah!

Hijo de puta acaba de pellizcar uno de mis pezones fuertemente.

El se ríe y mis ganas de matarlo aumentan.

Su boca atrapa la mía, saboreando todos los lugares disponibles y no me suelta a pesar que le ruego por respiración, le alejo en contra de su voluntad respirando apresurado. El me vuelve a besar agarrando mi lengua entre la suya.

Este imbécil me asfixiara.

Siento sus manos bajar hasta mi zona íntima, cierro mis ojos esperando sentir sus gruesos dedos dentro de mi.

Se que es una mala idea, sabiendo en la posición que estoy, si alguien llegasé y nos viera...

Sería un caos.

Toc toc.

Asmodeo se detiene dejando el beso, yo respiro a lo bajo, y la voz de Edward entra en mis oídos.

-Su alteza, estoy con el Comandante, el desea hablar en privado antes de la reunión con los nobles.

Veo el rostro molesto de Asmodeo, su seño fruncido me pide que lo eche.

-Suelta...seguimos después...-susurro.

-No quiero, estábamos bien.

Pero...

¡Me van a descubrir carajo!

-Comandante, podría darme un momento, estoy arreglando mi ropa-miro a Asmodeo-no puedo tener una charla con usted en estas condiciones.

El demonio sonríe de forma espeluznante.

Su boca se dirige a mi oído.

¿Necesita decirme algo más?

Al sentir su mordisco otro gemido más audible sale de mi boca, aunque me la tape aún así se escuchó.

-¡¿Su alteza?! ¡¿Se encuentra bien?!-grita una voz fuerte-a un lado señorito Edward.

La puerta se rompe y Asmodeo vuelve a un lado de la cama cambiándose la camisa mientras yo oculto sus marcas registradas en mi cuerpo.

El comandante se sorprende y mi corazón late fuertemente, ni siquiera quiero saber cómo se ve mi rostro acalorado.

-Es igual-dice-es sorprendente...

No entiendo lo que dice y no quiero entenderlo.

Asmodeo se estira luego de cambiarse y dirigirse hacia mí, retrocedo y vuelve a reír en lo bajo, como si me encontrará gracioso.

Sus manos rozan mi piel cuando se acerca a abrochar mi camisa. Edward pasa sus manos delante del Comandante para sacarlo del ensueño.

-¡Ah, si! ¿Su alteza se encuentra bien?

-Si, solo...estaba jugando con mi hermano mayor...

Asmodeo sonríe dándome un beso en la mejilla.

-Hermano menor, es hora que me vaya.

Vete y no vuelvas nunca.

El Comandante no pregunta más detalles al ver al Demonio irse. Edward ladea su cabeza pensando en lo extraño que se veía mi cercanía con Asmodeo.

Preparo la habitación, esperando las palabras del Comandante.

-Hay otro heredero.

Asmodeo.

Observo las peligrosas manos que tengo. Casi paso una línea que no debería.

Suspiro.

-Estuvo cerca.

El plan de escape del hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora