Abro mi boca saboreando el dulce sabor de la torta de manjar, pido más cuando termino de comer.
-Dí, Ah...~-dice Asmodeo.
-Ah...~-abro mi boca dejando entrar la cuchara en ella.
¡Extrañaba su comida!
-Espera que salga de este lugar, quiero probar otro tipo de postre-suelto sin vergüenza.
-Uno...¿Con carne? Ya sabes. ¿Grueso, grande y largo?-Asmodeo me sigue el juego con su voz sexy.
Muerte nos mira con una expresión extraña, nos deja de mirar cuando empezamos a soltar estupideces, sus dedos pálidos se concentran en arreglar su espada.
-Eres tan sexy...-sonrío cerca de su boca.
-¿Podrían intentar guardarse las ganas? Estamos en mi lugar de trabajo, no en un hotel.
Asmodeo sonríe ante su regaño.
-¿Nunca has tenido sexo en un escritorio?-pregunta el desvergonzado.
Muerte deja caer su herramienta y la espada chilla unos segundos. Los ojos grises lo regañan con la mirada.
No lo hagas enojar, o me quedaré sin amante.
-Voy a echarte-amenaza.
-Lo siento, mi pregunta fue inadecuada.
Golpean la puerta y Muerte abre con sus sombras, un sujeto de cabellos oscuros y ojos grises claros se presenta ante Muerte.
-Cuarto anciano-dice Muerte sin mirarlo-¿Que buscas?
El cuarto anciano me sonríe, Asmodeo se pone de frente, le golpeó a un lado diciendo que me deje mirar.
-¿No puedo visitar a la persona que me gusta?
Asmodeo y yo nos miramos.
-¿Están saliendo?-pregunto en un susurro.
-¿Que se yo? No escuché nada sobre esto-contesta de la misma forma.
Muerte se quita los lentes con los que solía ver la espada, deja su herramienta a un lado.
-¿Tienes el documento?
-Siempre tendré todo para tí.
La mano pálida se extiende.
-¿Y? Dámelo.
El cuarto anciano sonríe, dejando el documento en las manos de Muerte. Me siento mal por el cuarto anciano, se ve miserable en estos momentos.
-¿Que dice aquí?-pregunta Muerte, una sonrisa astuta permanece en los labios del cuarto anciano.
-¿Dónde?-se acerca a un lado de Muerte, tan cerca, que me causa intriga por lo que hará después.
-Aquí, está borroso-Muerte gira su rostro, aunque nota la cercanía no se pone nervioso-¿No ves lo difícil que es mirar?
Olvídalo, si está nervioso, sus palabras no tienen coherencia.
-¿Lo difícil que es mirar?¿Que es difícil?-los dientes blancos del cuarto anciano son notorios, su sonrisa se intensifica al ver lo nervioso que está muerte.
Asmodeo me ofrece unas palomitas.
Abro mi boca y el me da de a poco, sigo mirando al zorro astuto sin hacer ruido.
-Digo...leer.
-¿Es difícil para tí leer? ¿O el concéntrarte?
Muerte evita mirarlo.
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El plan de escape del hermano menor
FantasyOlvídalo loco. No me quedaré a ser asesinado o a intentar cambiar al protagonista masculino. Así que... Cómo dice el corazón en la maleta. ¡Y yo me voy! ¡Adiós, me fuí! ¡Y no me importa! Quedense con el cliché de porquería que creé. Prefiero irme...