¿Hermano?¿Yo?¿Desde cuándo tengo uno?
-No..yo...
-Nos volvemos a encontrar, hermano.
Raro...
Me siento extraño, está pequeña piedra es mucho más débil que yo. Intento guiar mi dedo hacia la voz, pero el mocoso la agarra alejándola de mí.
-Oye, suéltala.
-Es peligroso, me pidieron mantenerla encerrada, y eso es lo que haré.
La piedra tiembla en las manos del pequeño, lo sigo hasta la vitrina que fue arreglada en un instante. Mi mirada sigue en la piedra celestial que llora por salir.
-Hermano, no me dejes, llévame contigo.
Debe creer que soy su hermano por ser una piedra, al igual que el.
-¿Quien te pidió...?
-No es de tu incumbencia.
Aprieto mis labios.
-Dime que es lo que buscas y te daré el libro, será mejor que no vuelvas a este lugar.
No logro apartar la vista de la piedra aún cuando le pido los registros antiguos del Emperador.
-Aqui está-el niño me tiende un libro de tapa roja oscura, le miro de reojo-eres libre de llevártelo, después de todo le pertece a tu sangre.
-Hermano...
Acaricio la vitrina transparente, pidiéndole perdón en susurros.
-Lo siento, prometo volver.
El mocoso frunce el seño.
-No quiero volver a verte.
Sostengo una de sus mejillas riéndome de sus expresiones.
-¿Crees que lo digo por tí? Cria molesta.
Su mano golpea la mía gritándome que tiene nombre.
-No me...
Interesa.
-Kalus Moonsen, recuérdalo quimera.
¿Quimera?
-Necesitas aprender modales-menciono.
Me despido de la piedra y de Kalus, pero antes de poder dejar la bibloteca algo duro y pequeño golpea mi cabeza por detrás.
-¡Carajo!-giro mi cuerpo observando al mocoso.
-Yo no fui-sus manos levantadas me hacen creer que no fue el.
Pero le creo solo un poco...
Miro la vieja libreta negra para luego pisarla fuertemente en el piso.
-No puedo creer que haya sido golpeado por algo tan repugnante...¡Ah!-mi boca se calla al ser golpeada junto a mi nariz por la libreta.
Oigo las fuertes risas del mocoso.
-Joder...-aprieto la maldita libreta con mi mano.
Supongo que la llevaré conmigo y la quemaré.
Dejo la biblioteca con el libro y con la cosa molesta en mis manos. Al menos se que si deseo más información, podré obtenerla de ese lugar.
Aunque no me agrade el mocoso.
-Estoy exhausto.
La libreta se mueve con locura, la dejo suelta tapando mi boca en caso de cualquier situación que peligre mi cuerpo. Mi mirada viaja al ver que cae encima del escritorio de Flolix, sin moverse, ni mostrar signos de un posible ataque repentino.
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El plan de escape del hermano menor
FantasyOlvídalo loco. No me quedaré a ser asesinado o a intentar cambiar al protagonista masculino. Así que... Cómo dice el corazón en la maleta. ¡Y yo me voy! ¡Adiós, me fuí! ¡Y no me importa! Quedense con el cliché de porquería que creé. Prefiero irme...