Chapter 42

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Valentine

¿Ciego?

-Veo una bola azul.

Asmodeo se queda en silencio y me preocupa el no escucharlo.

-¿Pasa algo malo?

La bola flameante se mueve de un lugar a otro.

-¿Estás inquieto?

¿Tan malo es lo que me ocurre?

-No...mm...Valentine, ¿Ludwing y tu estáis relacionados?

Ladeó mi cabeza.

-Por supuesto, el fue encerrado en la piedra y yo fuí creada por esta.

Quizás por eso también siento una tristeza enorme cuando veo a Ulises tan cansado.

¿Sus sentimientos se acabaron relacionando conmigo?

-Ah...puede ser.

-¿Por qué preguntas?

-El también veía las almas-su mano vuelve a tocar mi mejilla-es una pena, me habría gustado que vieras mi verdadero rostro.

¿Eh?

-¿A qué te refieres? ¿Nikolay volvió?-pregunto levemente asustado.

Asmodeo agarra mi mano, ayudándome a caminar.

-Nikolay no ha vuelto, se que lo deseas con ansias, pero aún no es el momento.

Evito mirar esa bola azul y me fijo en la pared mugrienta. ¿Por qué puedo verlas y no el cuerpo de los demás?

-Me encontré con la primera bruja, dijo que estabas salvando al Wendigo y no pude evitar pensar en la mala suerte que traes contigo...¿Como quedaste encerrado?

Se reíra de mí si le digo que me cayeron unas tablas encima.

-La magia...se acabó.

-¿No fue tu mala suerte?

-No preguntes si ya sabes la respuesta- respondo exasperado-unas tablas cayeron encima de mi cuerpo.

-Wuahahahahahahajaa.

Golpeo su cuerpo esperando que sea el pie, pero el quejido que hace me hace pensar en dónde lo golpee.

-¿Estás bien? ¿Golpeé tu pene?

-Jaja...no lo digas de esa forma...

Toco el lugar golpeado.

-Es grande. ¿Cómo pudo haberte dolido tanto?

Asmodeo retrocede retirando mi mano.

-No...no toques, ¿No sabes lo que es el espacio personal?

Sonrío.

-Tu nunca respetas mi espacio personal.

-Veo que tienes un fetiche sobre manosear partes que no debes, no lo hagas con alguien más.

¿Eso quiere decir que solo debo tocarlo a el?

Admito que me gustó como sonó, pero el no es la única pareja que tendré en toda mi vida.

Oh...dije pareja.

Siento mis mejillas calientes.

-¿Ahora te avergüenzas?-dice-eres un cerdo.

Me río poniendo mi mano en el aire, el la toma con delicadeza.

-Te encontré tirado en una habitación de la cabaña, tu cuerpo estaba rodeado de una luz dorada que no permitía la filtración del fuego...me preocupe.

-¿Que dices? Yo estoy contigo, justo aquí.

-Tu alma está conmigo, el cuerpo de Valentine está rodeado por esa luz dorada, y tú alma viajo hacia aquí abajo.

-¿Por qué haría mi alma eso?

-También me lo pregunto, yo solo podía venir a buscarte con mi alma.

Me detengo.

-¿Ves eso?-me fijo en las bolas rojas flameantes-¿También existen almas rojas?

-¡Carajo!-Asmodeo sujeta mi mano llevándome a un lugar apartado y escondido.

Al agacharnos en el pequeño hoyo de la pared, las bolas flameantes pasan de largo.

-Imposible...¿Estamos en el Inframundo?

-¿Que dices que dijiste?

Aún no he muerto como para llegar tan rápido.

-No sabía que había un portal...tengo que informarlo.

Tomo su mano.

-No es mi mano lo que tomas.

-Ah, lo siento, la mala costumbre.

Quito mi mano de su cosa y lo toco por varias partes hasta llegar a su brazo.

-Sabes, si informas el portal...¿No te estarías delatando solo? Ahora mismo posees el cuerpo de Nikolay, ¿Y si tu jefe se entera? ¿No estarían ambos en peligro?

El se sienta en el suelo mugriento, yo hago lo mismo.

-No puedo arriesgar que Nikolay conozca a Lucifer, pero tengo otro contacto, solo debo buscarlo.

-Ya que estamos en el infierno, deberíamos ir.

-No, tu te quedas, y yo iré.

¿Cómo eso?

-No me voy a quedar y a esperarte como Julieta espera a Romeo.

-¿Quienes son esos?-pregunta, luego lo escucho maldecir-ahg, joder Valentine, el punto es, que si voy contigo tu mala suerte también irá, no me arriesgaré.

-Ah, pero si te vas a arriesgar a dejarme rodeado de Demonios.

-¿No podemos tener una conversación normal sin que te molestes en el transcurso?

-Eres un idiota parlanchín, está bien, vete, déjame, y si ves mi cuerpo destrozado...

-Tu alma, no tienes cuerpo.

Cómo jode este tipo.

Golpeo el mismo lugar que toqué con tanto cariño antes. Asmodeo suelta un grito y mi mano es de vuelta a su lugar inicial.

-Deja de tocarme el pito, pervertido.

Peino mi cabello inocentemente.

-No siento que te incomode, además, quizás cuántos te han tocado antes.

-No negaré que si he sido tocado antes por otras manos. Pero nadie lo había hecho con el atrevimiento y desverguenzura tuya.

Suelto una pequeña risa burlona.

-Hay que aprovechar.

Nunca había tocado un paquete tan grande, ¿Cómo quiere que no me dé curiosidad?

De pronto siento algo caliente en mi mejilla.

-Aún así, me gusta lo desvergonzado que eres.

Toso fingidamente.

-Soy único, no puedes cambiarme por cualquiera...-dirigo mi rostro hacia donde pienso que este el-Amélie, o como quieras llamar a ese Demonio... dijo que correrías a sus brazos por mi muerte. ¿Es verdad? ¿Correrías por mí si me estoy muriendo? ¿Llorarías en mi funeral?

Aún soy humano, puedo morir tarde o temprano.

-Iria a tu funeral, y te reviviría, ya es suficiente verte algunos días, ¿Te imaginas toda la eternidad?

Lo golpeó.

-Idiota.

-Por cierto, Amélie dijo que su subordinada lo traciono hace siglos, y que no tiene ni idea de ese par de abuelos.

El plan de escape del hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora