Asmodeo juega con la botella, burlándose de la lamentable cosa maligna dentro de ella.
Desde que fue atrapada, la demonia se ha rehusado a hablar. Tampoco le dirige una palabra al demonio que la ha encerrado. Mi mirada conecta con Asmodeo, yo lo evitó pero el se acerca dejando a la Demonia de lado.
-¿Por qué me echaste? ¿Que hice mal?
No eres tú, soy yo.
Yo soy el maldito problema.
-No juegues conmigo Demonio-le miro fríamente.
El se toca el corazón sonriendo.
-Me encantas cuando te pones así de mamón.
Niego con mi cabeza y me pregunto de dónde aprendió esas palabras.
Sujeto la manga de su camisa, haciendo jugar mis dedos con ella. Mi corazón palpita fuertemente porque estoy a punto de decirle que me gusta, y que no deseo que se vaya.
Dejemos al idiota de mi personaje principal en el infierno.
Asmodeo está bien conmigo.
-As...
-No.
-¿Que?
-No, espera, deja tus palabras quietas, me acabo de acordar de algo y...ya vuelvo.
¿Ah?
-¡O...Oye!
Desapareció.
Así, sin más.
Muerdo mis labios con rabia.
-Hijo de la gran puta.
...
Asmodeo.
Estoy seguro que había visto esta escena antes, pero..¿Con quién fue?
Regreso al bosque frío del palacio Badel, miro los escombros a la distancia mientras me acerco. Recuerdo haber conocido a un niño pequeño que no tenía alma, sus ojos eran de una gema azul cristalina y su cuerpo era ficticio.
El niño hizo lo mismo que Valentine, sujetó mi manga y con un nerviosismo vidente jugueteaba con ella.
-¿Que dijo en ese entonces?
No logro recordar...
-Ni siquiera recuerdo su nombre.
Es raro, porque no suelo olvidar las cosas.
Llego a dónde mis visiones recordaban, para solo encontrar el palacio arruinado. No tiene ni los grandiosos pilares del pasado, ni el aire brillante que caracterizaba al palacio.
-Niño-llamo-he vuelto.
-Jijijijijijijiji....
Al darme vuelta, veo a los espíritus del bosque flotar, riéndose de mí como una puta bruja.
-Vengan, usaré su carne en la cena.
Más de uno se aleja.
Pero el único espíritu que no ha dicho una palabra, se me queda viendo fijamente.
-¿Tu sabes algo?
Sus ojos caídos y cansados observan el palacio.
-Se lo llevaron.
-¿Al niño?
-Era muy poderoso, su destino no era este lugar.
-¿Sabes dónde lo puedo encontrar?
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El plan de escape del hermano menor
FantasyOlvídalo loco. No me quedaré a ser asesinado o a intentar cambiar al protagonista masculino. Así que... Cómo dice el corazón en la maleta. ¡Y yo me voy! ¡Adiós, me fuí! ¡Y no me importa! Quedense con el cliché de porquería que creé. Prefiero irme...