Chapter 87

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Mis ojos se abren al sentir el olor de lavanda, siento mi cuerpo en la cómoda cama de madera, en mi mano sostengo el frasco donde tengo a Victoria.

-Vic...

El recuerdo de sus últimos momentos duelen en mi pecho, sus planes de una vida mejor han sido arruinados por mi culpa.

Si tan solo hubiese usado mi poder para armar un portal, no nos abrían pillado con la guardia baja.

Yo...soy el único culpable.

La puerta se abre de pronto, alejando los pensamientos en mi cabeza y dejándome ver a una anciana canosa.

-Has despertado.

-¿Dónde estoy?-restrigo mis ojos por la molestia en ellos-¿Quién es usted?

-No es importante quien soy, lo importante eres tú, piedra divina.

Dejo mis ojos en paz para ver a la anciana con otra mirada.

-¿Es usted quien habló con Asmodeo?

Ella sonríe dejando un anillo de diamantes en mi mano.

-Esto fue lo que hallé cerca de tí.

Es el anillo de compromiso de Vic, apresuro a sostenerlo con fuerza cerca de mi pecho.

-Gracias.

-Niño, ese cuerpo no te pertenece, terminarás desapareciendo como ella.

Lo sé, se que también corro el riesgo, pero si encuentro el corazón de Ludwing seré capaz de escapar de ese destino. Y a Victoria... tendré que conseguirle uno.

El cuerpo de Henry está disponible, pero no deseo vincularla a un cuerpo de un suicida por la eternidad.

La abuela me pasa una foto de un hombre de cabellos blancos y ojos azules cristalinos.

-El es el hombre que ayudó a tu madre, si lo encuentras, podrías pedirle ayuda con la muchacha.

-Se que el me dejó en un orfanato, lo dijieron las monjas, pero...¿Es confiable?

-Lo es-su voz determinada me convence.

Se que debería tener cuidado con los extraños, pero está anciana es un poco especial.

-Niño, el frasco que creaste no durará mucho-miro la mariposa atrapada, sus alas aletean en mi dirección-debes encerrarla en tu pendiente.

¿Mi pendiente? ¿Cómo en aquella pesadilla que tuve alguna vez?

-Pero no quiero dejarla atrapada, quiero un cuerpo para ella.

-El pendiente que llevas fue creado para dejar un alma en la gema y hacer que el que lo lleve sea poseído por el alma.

¿Quiere decir que si encierro a Victoria ella podrá poseer un cuerpo?

-¿Solo funciona en vivos?

La sonrisa de la anciana se vuelve extraña, sus ojos brillan de un color rojizo.

-Solo en muertos.

Ah...

Esto ya me dió miedo.

¿Cómo huyo de esta anciana?

-¿No me piensa decir su nombre, señora?

Ella toca mis cabellos blancos.

-Luly.

Sus manos toca mi mejilla agrietada, el leve toque me arde.

-Flolix tiene un nieto tan lindo, es una pena que le gusten los hombres, habría creado más.

¿Eh? ¿Que quiere decir con eso?

-¿Disculpe? ¿Está hablando de mi abuelo?

La anciana se convierte en una mujer joven de cabellos rubios y ojos rojizos.

-Si, tu abuelo...-suspira-tan buen partido.

Su apariencia y actuares me recuerda a Julia.

¿Acaso está abuela es...la madre de Julia?

-Niño bonito, ¿No quieres quedarte conmigo unos días?

-¡No!-grita una voz masculina a un lado de la puerta, Flolix entra mientras apunta con el dedo a la anciana-Luly, ¿Por qué secuestras a mi nieto...?-derrepente suelta un grito de espanto al verme-¡¿Valentine que te paso?!

-También es mi nieto.

Lo imaginé.

-No tienes el derecho-replica Flolix.

-¿No lo tengo? Me quitaste a mi hija. ¿Acaso no puedo ver a mi nieto, Emperador idiota?

-¿Que le hiciste a mi nieto bruja loca?

Ella resopla, me levanto de la cama agradeciéndole.

-Es hora que me vaya, tengo que terminar unas cosas.

-Valentine. ¿Que te hicieron? ¿Por qué tu rostro está así?

-¿No ves Emperador idiota? Nuestro nieto usó mucho de su poder y el cuerpo en qué está no lo soporta.

-Luly. ¿Hay alguna cura?

-A menos que muera o cambie de cuerpo no la hay.

Es bastante sincera.

-Flolix, deja mi condición a un lado. ¿Cómo va lo que te pedí?

-El obispo está acompañando al cadáver.

-Bien, entonces no perderé más tiempo.

Paso a un lado de él, abriendo un portal en una de las habitaciones de la iglesia, sin ver al par de abuelos entro al portal, camino hacia el sótano haciéndome pasar por el obispo, los guardias me abren la puerta y yo entro buscando la habitación 303B. Al final de las puertas la encuentro, la llave de cruz coincide con el cerrojo.

-Ludwing.

El aparece mirando el frasco que tengo en mi mano.

-Por mi culpa...

-No te llamo por esto. Tu corazón. ¿Lo presientes?

Ludwing deja su mano en la puerta.

-Si.

Su respuesta fue suficiente para hacerla abrir, a mi al frente una cápsula de vidrio casi me hace vomitar.

-¿Que...?-pregunta Ludwing-¿Por qué ellos...?

En la cápsula hay un feto, y en su pecho tiene una cicatriz justo donde va el corazón. El cuerpo del feto no parece ser un humano completamente, más bien, una quimera.

De pronto recordé que estos tipos querían liberar un sello.

¿Y si deseaban dejar que el Demonio al que le rezan tomara este cuerpo? Solo faltaría el santo para terminar de transformar esta quimera.

Camino hacia la cápsula y la rompo, corto el cuello umbilical con mi espada y sostengo al bebé en mis brazos, la quimera abre sus ojos rojizos mezclados con negros ante mí, la cola y las alas se mueven al verme, su sonrisa cautiva corazones.

Excepto el mío, porque no me gustan los niños.

-¿Que hago con esta cosa?

Ludwing se me acerca, le hace gracia al bebé y este se ríe.

-¡Me ve! ¡Me ve!

Niego con mi cabeza.

Está bien, adoptemos al niño, aunque se convierta en la posible causa de destrucción del mundo, no lo mataremos y lo criaremos.

Es una excelente idea.

Ojalá se noté mi sarcasmo.

-Le daré el niño a Julia, ya que se salvó de criarme a mí, que crié a esta pulga.

-¡Es tan lindo!

Ludwing, eres muy débil.

El plan de escape del hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora