Chapter 66

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Victoria me ha dicho que últimamente hay asesinos por todo el castillo de Lavier, esperando algún descuido para asesinarlo.

Por alguna razón me llama la atención.

Lavier es el único heredero reconocido, además investigué y los otros hijos de Ulises están muertos.

No hay más herederos, ¿Para que asesinarlo?

O...¿Lavier habrá hecho algo que moleste a alguien?

Mm...

-¿Cómo iban vestidos Vic?-pregunto.

-Blanco, su uniforme es completamente blanco.

La iglesia.

No me queda más que sospechar de ellos.

-Investiga a la iglesia, pero con cuidado, creo que ellos son los responsables.

Apagó el dispositivo transmisor, dejando la habitación en silencio.

-¿Que crees que haya descubierto ese niño?-pregunta Asmodeo.

-No se, y como le borré su memoria no tengo formas de averiguarlo.

Ahg, maldita sea.

¿Qué hizo Lavier como para terminar tan herido en riesgo de muerte? Además de aún ser perseguido por asesinos camuflados.

-Se acerca el día.

Si, el horrible día de sucesión al trono.

Y Flolix aún no llega.

Envié a Edward junto a Lenox para descubrir si sigue encerrado en el palacio de Amenesía.

Pero aún no hay nada de información.

¿Habrá ocurrido algo?

-Si no me responden hoy en la noche, iré a buscar a Flolix.

Y lo arrastraré hasta aquí.

Mierda, faltan tres días, en esos tres días termina el duelo y sigue de inmediato la sucesión.

Dijieron que si no había una decisión, tocaría batallar un duelo a muerte.

Con espadas.

-Tuve que haber seguido el consejo de Lenox.

Soy un mago, las espadas y yo, no nos llevamos bien.

-Iré contigo.

Le miro, su sonrisa natural me hace evitar su presencia, y salir de la habitación.

Me gusta.

Tanto que ya no puedo estar quieto cerca de el.

-Debo estar loco.

Dejo de caminar al ver una cabellera conocida.

-Henry.

-Valentine.

Incómodo.

El... cada vez que me ve sus ojos brillan con otra intención y sus mejillas se sonrojan.

¿Cuando fue que...?

-¿No dejaras el trono? Estoy pidiendo tu renuncia para no hacerte daño.

-¿Que eres?-le pregunto-depende de tu respuesta mi decisión.

El sonríe dejándome ver un par de alas y una aureola encima de su cabellera morada.

-Te lo muestro por ser tu.

Fue unos segundos, pero esa sensación es la misma cuando conocí a ese señor raro en el sótano.

-Un ángel...

El plan de escape del hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora