Chapter 30

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El pelirrojo y el peliblanco se miran apuntandose entre sí.

-¿Conoces a Ludwing?-preguntan ambos.

Rass piensa un segundo antes de sus próximas palabras.

-¿Ludwing Von Lexu? ¿El chico ciego que terminó bajo la espada de su hermano menor?

Hayun observa hacia el bosque y abre la puerta dejándonos pasar.

-Entren, hay muchos ojos afuera.

Le hacemos caso, y el nos sirve café después de cerrar puertas, ventanas y cortinas.

Es un fantasma pero aún puede tocar las cosas de la casa, es impresionante.

-Disculpa lo poco, Ross solía traerme cosas de afuera.

-No te preocupes.

Rass parece darse cuenta de algo y se gira rápidamente hacia mí.

-¿Comiste?

-Por supuesto que sí.

Los mercenarios me dieron algo de comida.

Claro que no era tan buena como la de Asmodeo.

-He comido, tranquilízate.

Rass niega con su cabeza.

-¿De dónde conoces a Ludwing?-esa pregunta va hacia Rass.

-Fue mi alumno Real-se cruza de brazos acomodando su cuerpo en el sillón, con una pierna encima de otra-le dí mi bendición como sacerdote cuando nació, y le enseñé a medida que creció.

Ambos tenían tal relación...

-Le advertí de su hermano, me ignoró diciéndo que el destino no se podía cambiar.

Los ojos azules se enfrían.

-También lo despedí el día de su muerte.

Eso es triste.

Prácticamente era casi su hijo, lo vio nacer, crecer y morir como una persona cercana.

El tuvo que ver en la crianza de Ludwing, quizás más que los padres, un profesor es muy importante para la vida de un niño.

-¿Que hay de ti Hayun? ¿Es el cuerpo del ataúd?

-Yo era un niño de los suburbios, a menudo me metía en peleas, y una de esas casi costó mi vida. Un sacerdote me salvó, me dió comida y ropa limpia, el me pidió el favor de esconder este cuerpo de la iglesia y del Reino.

Sacerdote...

-¿Tiene cabellos dorados y unos ojos celestes claros?-pregunto.

-¿Lo conoces?

-Tuve un pequeño altercado con el.

-¿Por tu asesina?-me pregunta Rass-escuché de Ross que el apareció como un sacerdote en ese mundo para buscar algo, y de paso eliminar a los que no eran de ese lugar.

-¿Por qué el te pediría cuidar el cuerpo de Ludwing? ¿No fue su iglesia quien lo encerró?

Ambos me miran sorprendidos.

-¿Lo encerraron?-pregunta el pelirrojo.

-Sus palabras me dieron a entender eso, dijo que era un ser que estaba en la piedra.

Rass se levanta molesto.

-Eso hijos de puta dijieron que no había alma ni cuerpo, que todo desapareció cuando ludwing murió.

-¿Y les creíste?-pregunta Hayun-¿Les creíste tal cosa?

-¿Cómo no hacerlo? Ludwing tenía un don especial, el poder divino en su sangre era más fuerte que el mío, el pensar en su muerte y que su cuerpo desapareció, me dió a entender que el se esfumó y se dirigió al cielo por tal poder...no se, convirtiéndose en algún Dios quien sabe...pero pensar que todo este tiempo estuvo encerrado...

El plan de escape del hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora