Chapter 64

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El crujir de la ventana me asusta dejando caer los papeles al suelo, y las manos del desaparecido me ayudan a recogerlos. Asmodeo no hace preguntas por la información que está frente a sus ojos, pero con solo mirarlo puedo ver la repulsión que muestra por el obispo.

-¿Desde cuándo sabías que Edward contiene sangre celestial correr por sus venas?-le pregunto.

Es imposible que el no lo sepa.

-La vez que lo conocí-se encoge de hombros-igual no es mi vida así que no tengo por qué meterme.

¿Por qué siento que me acaba de decir metiche?

Doy vuelta los ojos pasando por su lado.

-Oye, autor malvado, ¿Que planeas hacer?

Camino hacia la ventana que obviamente el no cerró para solo terminar viendo a una sirvienta de lejos. Sus ojos conectan con la persona detrás de mí.

Frunzo el ceño cerrando con todas mis fuerzas.

¿Que se cree esa perra para ver a mi futuro esposo que no sabe que será mi esposo?

Me indigna totalmente su sinvergüenzura.

-¿Te molesta que te pregunté?

-Me molesta que te miren-contesto dandome la vuelta para mirarlo-no quiero que te vean.

Asmodeo toca sus comisuras con una sonrisa incomoda.

-¿Vale? Intentaré que no me vean a la próxima...¿Que estás...?

Le cierro todos los botones de su camisa que tenía sin abrochar. ¿Cómo no lo iban a mirar si solo tenía el de al medio abrochado? Todos verán su hermoso torso musculoso.

Torso que yo creé.

Maldición, si ya me encanta como Nikolay no quiero imaginarme tener ese cuerpo tallado por los dioses a mi lado.

-No tientes.

Me volveré loco a este paso.

El sonríe besando mis labios.

-¿Te tiento?

-Yo... necesito decirte algo-salgo de su lado, alejando mi cuerpo del suyo.

Se que desea devorarme, no negaré que yo también, pero, si no dejo las cosas claras será peor en el futuro.

-Valentine, también necesito hablar contigo-su voz seria me pone en alerta.

-Dilo tu primero.

-Una anciana me advirtió sobre un tema un poco espeluznante pero con cierto sentido de creencia en el, puede que te asustes, o puede no le creas, yo tampoco estoy muy seguro pero sus palabras...

-¿Y? ¿Que dijo? ¿Era una bruja?

-Dame un momento no sé cómo tomarás esto.

-Demonio, me estás estresando.

-Consté que está vez te advertí, aprendí eso de ti.

-Por supuesto, no me gusta que lances derrepente la información...

-El cuerpo que usas se hará cenizas.

Mis palabras se atoran en mi garganta.

-También el que estoy usando y el de Victoria, ella dijo que el cuerpo se puede hacer cenizas porque el alma no coincide, así que...

Me siento en el sillón dejando que sus palabras directas llenen mis oídos.

-Es mejor que vuelvas al mundo de Valentine, y que victoria haga lo mismo, yo le devolveré el cuerpo a Nikolay.

No, no puedo dejar que se vaya, además le prometí a Ludwing una venganza.

-Intentaré buscar una forma de encontrar un cuerpo para ti y que se adecué a tu alma...

-No, no me iré.

-Valentine, por una vez escúchame, es un tema serio, y que hace correr tu vida en peligro.

Le miro fríamente.

-¿Crees que dejaré todo por una simple suposición?

-Valentine.

-Olvidalo, si quieres devolver el cuerpo de Nikolay está bien, haz lo que quieras.

-¿Harás que Victoria también corra el peligro?

Me toma unos segundos responder.

-Ella no te creerá.

-Por supuesto, si tú no me creés, es como obvio que ella no lo hará.

Ambos nos quedamos en un silencio incómodo, un poco difícil de romper, puedo notar sus miradas poco discretas hacia mi persona, pero sigo sin mirarlo.

El suspira.

-¿Que es lo que me querías decir?

Mis ojos se desenfocan.

¿Acaso ya importa? El se irá de todas formas.

Es un cobarde.

-Rompí el frasco, y la Demonia huyó.

-¿Te dijo algo?

Un sentimiento por Ludwing...

¿Habrá sido un simple cariño de amistad?

-No, no fue nada.

Asmodeo toma mi cuerpo dirigiendo su caminata hacia la cama, me deja en ella de forma suave y calmada, envuelve mi cuerpo en las sábanas deseándome un buen descanso con un beso en mi frente, me doy media vuelta tapando mi rostro con las ropas.

Tengo una sensación horrible en mi pecho.

Siento su presencia al arroparse conmigo, sus grandes brazos me abrazan y su mentón se apoya en mi cabeza.

-Me preocupas Tine.

Sus manos acarician las mías y yo cierro mis ojos con esas palabras en mente.

Los olores a hierbas relajan mi cuerpo, y el ambiente ha cambiado totalmente, igual que la otra noche.

-Al menos este se ve más tranquilo.

Camino por el bosque silvestre, rodeado de un lago celestino, sujeto mi cabeza, insultando en mi interior el dolor.

-Tuve que haberme quedado en esa roca.

Sus hierbas calmaban este dolor.

Detengo mis pasos al ver a un sujeto conocido.

El hombre está vestido de ropas ajustadas pero formales, y de un color azul oscuro, igual que su cabello, sus lentes son acomodados al verme. Al ver su lunar único debajo de su ojo me pone feliz.

Es Asmodeo.

Con su cuerpo original.

Avanzo hacia el, pero sus manos me detienen bruscamente acercándome a centímetros de su cuerpo.

Mi corazón late descontrolado.

-Asmodeo, soy yo....

-Si, puedo verlo, Ludwing.

¿Eh?

-¿Dejaste que Valentine muriera para volver?

Observo el reflejo del lago, soy Ludwing, con una venda en los ojos.

-Ahora puedo terminar de asesinar al último culpable-sus ojos azules sin vida, me miran con desprecio.

¿A quien más ha matado?

El plan de escape del hermano menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora