Momento

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La gotera persistente no cesa, así que he colocado un vaso para evitar desperdiciar el agua.
Mi madre sigue llenando mi entorno con su negatividad, pero no puedo culparla, soy yo quien se empeña en ser necio.

Continúo aferrándome a mi ambición languideciente, a pesar de que no me brinda refugio.
Hace tiempo acepté que no fue un error. Considero que no hay nada más cobarde que abandonar un sueño, aunque quizás ese principio sea solo una ilusión.
Aun así, me aferro a él, con la mirada fija en una primavera virginal donde pueda deleitarme con flores y aromas agradables.

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