Soy un artista mediocre, así me defino, en mis limitaciones encuentro mi sino. Mi orgullo reside en crear sin medida, explorando en lo incierto, mi esencia perdida.
En el cuaderno, un averno desatado, donde languidezco, en un mundo imaginado.
Me muerdo y escupo, en un ritual de pasión, la sangre y las palabras se funden en comunión.
Las lágrimas fluyen, saladas y sinceras, como testigos silentes de mis quimeras. Los textos que adoro, mis sueños plasmados, dibujan mi alma y los anhelos deseados.
En mi arte encuentro una liberación, una trascendencia sin necesidad de explicación.
