Sereno y sincero, me observo sucio en retrospectiva e introspección. En el verso adverso me sumerjo buscando naturalidad o artificialidad en toda noción. No encuentro más que estampidas de realidad en manada, a merced de un escape que solo la muerte les declara. Nadie me aclara mi soledad, mi capacidad ni mi sentimiento precoz de ambición acumulada. La conciencia pesa, no hay comida en la mesa, pero no cesa esta acción con sabor a frambuesa, que me maniobra al transitar por las vías de la redacción. Mi intención es mencionar la trascendencia, la decencia y una esperanza aún mayor de lo que puedo imaginar esta burda e infame presencia que la realidad me concedió.