En las sombras de mi pasado oscuro, donde el dolor se enreda y perdura, mi existencia se aferra a la muerte, anhelando encontrar la calma más pura.
Hablo de mis penas sin cesar, culpable me siento por ello, tantas malas experiencias en mi andar, un círculo de caos, un abismo y su consuelo.
No soy malo, te lo juro de corazón, pero me niego a perder mi esencia, soy un híbrido de dualidad, en mi mente, ying y yang en presencia.
Un cuaderno, mi fiel compañero, donde encuentro refugio y compañía, sueño con envejecer, escribir sin guita, bailar con cigarras, cantar a la luna, día tras día.
Observar cómo la edad me va cosiendo, paso a paso, como un hilo que sutura, anhelo ser testigo de ese lento proceso, hasta que la vida me envuelva en su sepultura.